No descubro la pólvora si digo que la tele se consume ahora de un modo completamente diferente que hace diez años. El modo en que ... recibimos los contenidos y la multiplicación de pantallas ha modificado el panorama audiovisual, lo que está generando una enorme confusión entre las cadenas y productoras, que tratan de renovarse e incorporar nuevos códigos para seguir llamando la atención de la audiencia. No es sencillo. Lo de leer tuits o provocar momentos que canta a leguas que quieren hacerse virales puede generar el efecto contrario de lo que se desea, que el público huya despavorido.
Los llamados creadores de contenidos despotrican de la televisión convencional, pero en cuanto pueden se dejan seducir para participar en las tertulias de magacines que antes criticaban. No es extraño encontrarnos con 'influencers', 'podcasters' y 'tiktokers' en las mesas de Ana Rosa, Sonsoles o Susanna Griso, intentando adaptarse a formatos con reglas bien distintas a las redes sociales. Por eso normalmente esta clase de flujos no suelen funcionar. Hay excepciones. Profesionales como Inés Hernand o La Pija y la quinqui han hallado su espacio en canales tradicionales, si bien es cierto que han entrado por plataformas que estas han puesto en marcha para adaptarse a los nuevos tiempos. Atresplayer y Playz se llevan la palma en eso.
Luego está 'Operación Triunfo', un concurso con más de 20 años que ha dado con la tecla para atrapar a gente que no ha encendido un televisor en su vida. Estamos en ese proceso de encuentro. Hay un montón de personas proponiendo temáticas y formas de comunicarse diferentes, pero que deben aspirar a algo más que a transmitir desde sus salones. Y a las emisoras nacionales a las que les falta atrevimiento. En cuanto eso se resuelva el cruce aportará resultados interesantes.
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