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Javier Martínez
Valencia
Miércoles, 27 de marzo 2024, 10:13
El actor Ignacio Jordá, más conocido como Nacho Vidal, será juzgado por un delito de homicidio imprudente después de que la Audiencia Provincial de Valencia ... haya revocado el sobreseimiento provisional de la causa abierta por la muerte del fotógrafo José Luis Abad en un ritual de sapo bufo.
El auto dictado por el tribunal, que está fechado este martes, «hace justicia a un hecho infame», asevera con satisfacción el abogado Javier Vilarrubí, que ejerce una de las dos acusaciones particulares en representación de uno de los hermanos de la víctima.
Según el auto de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia, el actor porno asumió la función de director del ritual, que se llevó a cabo en su propio domicilio en Enguera, y también se atribuyó un conocimiento especial sobre esta clase de «ceremonias».
El tribunal también considera probado que el actor dispuso de la dosis que debía de inhalar la víctima en una pipeta de cristal, una sustancia alucinógena que no llevó a la casa el fotógrafo fallecido, como declaró el procesado, sino que la sacó él del cajón de un mueble de su cocina, tal y como recoge la grabación de la cámara de seguridad.
Los hechos ocurridos el 28 de julio de 2019 en la 'mansión Playboy', como llaman los vecinos a la casa del actor, pueden ser constitutivos de un delito de homicidio imprudente, y por ello el encausado y sus dos ayudantes en el ritual, una prima segunda del actor y un amigo que se encargaba del mantenimiento de la casa, se sentarán en el banquillo de los acusados.
Los magistrados de la Audiencia Provincial de Valencia concluyen que el encausado «conocía la toxicidad de la sustancia que iba a administrar al fallecido (5-Metoxi-N, NDimetiltriptamina), y pese a ello, no adoptó ninguna precaución ni antes ni durante su administración: carecía de formación médica, dispuso la dosis sin que conste que adoptara medida alguna para medirla o, en su caso, determinar su pureza».
Además, el actor «no realizó ningún estudio previo (analítico o de anamnesis) para conocer el estado de salud de la víctima, no procuró que hubiera alguna clase de asistencia médica (en lugar donde dirigió el ritual) ni recabó un urgente auxilio en cuanto el hombre perdió el conocimiento», afirma la resolución judicial.
El tribunal no considera que el fotógrafo fallecido fuera informado de los riesgos que asumía al inhalar la sustancia alucinógena, y menos aún que el daño «sea imputable únicamente a la decisión de la víctima de someterse a la ceremonia cuando, como se ha visto, es extensa la sucesión de acciones reprochables» al principal encausado.
«La evidente carencia de conocimientos médicos por parte del señor Jordá y de las personas cuya presencia dispuso para llevar a cabo la ceremonia quedó de manifiesto cuando, habiéndose desmayado el señor Abad en cuando inhaló la sustancia, todos continuaron con su ceremonia durante varios minutos hasta que se percataron de que algo podía haberle sucedido a la víctima (tal y como resulta del vídeo encontrado en el teléfono del fallecido)», concluye la terna de magistrados.
El auto de la Audiencia Provincial de Valencia revoca también el sobreseimiento provisional acordado con respecto a Verónica J. M. y Ángel C. A., por lo que deberán continuar las actuaciones judiciales contra los mismos.
En cuanto a la participación «penalmente relevante en los hechos» de la prima del actor, «no puede desconocerse que fue ella quien puso en contacto al señor Jordá con la víctima, y quien trasladó al primero el interés del segundo en someterse al ritual (la ingesta de una sustancia tóxica administrada por su primo)».
También trasladó al fotógrafo las precauciones sanitarias que debía adoptar antes de rito, y no le dijo al actor que la víctima había consumido cinco o seis rayas de cocaína días antes, lo que agravó los efectos de la sustancia tóxica inhalada.
El fotógrafo José Luis Abad puso su vida en manos del actor porno y también lo incriminó, sin saberlo, cuando pidió aquel fatídico domingo que utilizaran su móvil iPhone para grabar el peligroso rito. El vídeo de 22 minutos y 30 segundos se convirtió en la principal prueba acusatoria del delito de homicidio imprudente que cometieron, presuntamente, Ignacio Jordá y los otros dos investigados.
La secuencia de fotogramas figura en el sumario y supone una prueba inalterable que permitió a la Guardia Civil de Xàtiva reconstruir los trágicos hechos y detener a los tres presuntos responsables de la muerte del fotógrafo.
Las imágenes son desgarradoras. El vídeo muestra con detalle cómo murió Abad tras inhalar durante cerca de 20 segundos la 'molécula de Dios', nombre por el que también se conoce al veneno de sapo bufo. Vidal puso la pipeta en la boca del fotógrafo tres veces y su empleado amortiguó con sus brazos la caída.
Instantes después, Abad comenzó a sufrir convulsiones y contorsionó sus brazos y pies. El trance no sorprendió al actor ni a sus dos acompañantes, que siguieron grabando y tocando un pandero y dos campanillas como parte del ritual, pero el pecho y la cabeza de la víctima se amorataron y Vidal le practicó las primeras maniobras de reanimación.
El rito de desintoxicación continuó pese a que el fotógrafo permaneció inmóvil mucho tiempo. Poco antes de que Verónica J. dejara de grabar, su primo acercó su cara a la nariz de la víctima para comprobar si respiraba. Aunque la situación era angustiosa y se rozaba la tragedia, todavía no llamaron al 112. El actor trató de reanimar otra vez al moribundo al insuflarle aire en sus pulmones con la respiración boca a boca. Tampoco reaccionó. Siguió inmóvil en el suelo con el torso desnudo.
Segundos después, Vidal pidió a su prima que dejara de grabar y le dijo que llamara al 112. El reloj marcaba las 11.04 horas, según consta en el sumario. El fotógrafo no abrió los ojos ni sus labios. Tras recibir el aviso de que un hombre había sufrido un infarto y no respiraba, un equipo del SAMU acudió con urgencia a la casa de Enguera.
Antes llegaron un guarda forestal y dos policías locales. Uno de los agentes se turnó con el actor en las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Sus esfuerzos fueron en vano. El médico certificó el fallecimiento sobre las once y media de la mañana. La prima del actor rompió a llorar. Verónica había sido la intermediaria en aquel ritual de droga y muerte.
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