Un equipo con el socialismo en vena

El equipo de trabajo de la candidata del PSOE al Congreso es muy joven, aunque la característica que define a todos sus miembros es su larga trayectoria como militante socialista. Ésta no es la primera campaña para ninguno de ellos. Son de los que están «en las buenas y en las no tan buenas». En esta ocasión, sienten que las «vibraciones» son «positivas».

A medida que se acerca la fecha del 28A, el cansancio va haciendo mella porque «el día no tiene suficientes horas y el trabajo no termina nunca», afirma Carla Campoamor. Se le restan horas al sueño, a la familia o a la vida personal pero todos coinciden en que no hay tiempo para la queja. El objetivo es que los candidatos al Congreso, Elena Máñez y Luc André Diouf, puedan llevar el mensaje socialista al mayor número de personas, que se llegue a los actos como una maquinaria bien engrasada y «ganar las elecciones para gobernar y desarrollar nuestro programa», puntualiza Betsaida González.

Y en esta ocasión, palpan «en la calle» que la victoria está al alcance. Es la intuición y la experiencia de muchas campañas, como la que exhibe Soledad Ramírez, que se afilió «cuando perdió Felipe González». En este tiempo -décadas ya-, reconoce momentos mejores y peores, pero «nunca tiré la toalla, porque los socialistas cuando tocan fondo, vuelven a subir». Para ella, el mejor momento en el partido fue «cuando la militancia tomó el mando y puso a Pedro Sánchez en su sitio».

Ahora, que corren mejores tiempos, no faltan militantes -jóvenes e históricos- que quieren colaborar. Están «los de siempre y los que se acercan ante unas elecciones», apunta David Delgado, quien subraya que el PSOE tiene una arraigada cultura de militancia «que están siempre que se les requiere» aunque unos se implican más que otros. También es responsabilidad del equipo de campaña organizarlos y que no haya fisuras.

En esa tarea de encajar piezas está el coordinador, Tanausú Bolaños, un «todoterreno» pegado al móvil que lo mismo atiende una cuestión logística relativa al partido que una cuestión laboral. Lo difícil, dice, es que «todo el engranaje funcione, sobre todo si es un acto grande como el de Sánchez el pasado domingo en el que colaboraron más de 25 personas sólo de la agrupación de Las Palmas de Gran Canaria». Previamente, hay un trabajo de coordinación, de movilización, de contacto con las agrupaciones...«Es lo más complicado».

En este cometido también tiene su buena parte de responsabilidad Yesica Guerra. Dirigente de la agrupación de Arucas, la impronta socialista la heredó de su abuelo, aunque ahora ya cuenta con toda la familia. Se encarga de coordinar el trabajo con las agrupaciones locales, desde ensobrar papeletas a repartirlas. En los pueblos, indica, «el puerta a puerta sigue siendo importante y eficaz porque las redes no llegan a todos». Es una tarea, apunta, que a veces «agota, pero llevamos café en las venas». Es la misma sensación de Carla Campoamor, que colabora en la organización e imagen en los actos del partido. Militante desde 2008, indica que «los que trabajamos siempre nos encontramos aquí».

Las redes sociales son cosa de Hugo Báez, secretario de la ejecutiva regional de Memoria Histórica y el miembro más joven del equipo. Tiene 23 años pero señala como referencia que «ya iba a los mítines de José Bono» porque viene de familia socialista. Ya trabajó en las generales de 2015 y 2016, igual que David Suárez, quien al contrario que Báez, reconoce que «no era un socialista convencido» y llegó al partido como consecuencia de muchas lecturas. Su implicación ha sido progresiva y ahora su compromiso es absoluto. Aporta su tiempo «para lo que haga falta».

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