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El diputado de NC, Pedro Quevedo, tildó ayer de «bastante decepcionante» la reunión que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, mantuvieron ayer con el Grupo mixto del Congreso para explorar medidas de actuación frente a las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Al encuentro, que se desarrolló de forma virtual por videoconferencia, estaba también citada la representante de CC en la Cámara Baja, Ana Oramas, que excusó su asistencia por motivos personales.
«La convocatoria era para tratar un conjunto de medidas para afrontar la crisis derivada de la guerra y la escalada de la inflación», señala Quevedo, «y se han limitado a contarnos qué es lo que puede pasar en la próxima reunión del Consejo Europeo de los días 23 y 24, como punto de partida para tomar decisiones en el Consejo de Ministros del día 29. Esta no es la reunión que nosotros esperábamos, ni mucho menos».
La dinámica del encuentro marcada por el Gobierno impidió al portavoz de NC exponer sus propuestas para frenar la escalada inflacionista y abordar las medidas específicas para Canarias que tenía previsto plantear para su incorporación en el plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas del conflicto armado. Tampoco Bolaños y Díaz adelantaron nada sobre lo que prevén aprobar el día 29. «Le mandaremos nuestras propuestas al Gobierno a lo largo del fin de semana porque no hemos podido exponerlas», expone, «hubiésemos esperado una interlocución un poco más profunda, agradecemos el encuentro informativo pero es absolutamente insuficiente».
Bolaños y Díaz expusieron a los diputados del Grupo Mixto las cuatro alternativas que se barajan para cerrar un acuerdo en la cumbre europea que se traduzca en una reducción del precio de la energía, sin abordar ninguna otra materia. «Poner freno el coste de la energía es solo uno de los aspectos, pero no exclusivamente, porque lo que nos interesa es ver qué medidas hay que tomar para afrontar el grave problema del abastecimiento de materias primas, sobre todo del sector agropecuario», expone el diputado de NC, «o qué hacemos con el transporte de personas, o la disminución de las tasas aeroportuarias, o las ayudas directas al sector agrícola y ganadero porque sufren incrementos del 65% en los costes, pero de eso no hemos podido hablar», añade.
La primera de las propuestas que se va a analizar en el Consejo Europeo para reducir el precio de la energía es el llamado método alemán, que se basa en reducir costes sin tocar la fiscalidad. «Esto significa que paguen los gobiernos para que algunos se sigan forrando y al final es dinero público, es una forma que a nosotros no nos parece razonable», expone Quevedo. La segunda opción topar los precios del gas, es decir, fijar un precio máximo, una fórmula que para NC tiene el inconveniente de que la información disponible para conocer cuál es el precio real de la producción del gas es insuficiente. Lo mismo sucede con la tercera de las vías que se baraja, establecer un precio mínimo para el gas. «Esa es una medida más intervencionista y estamos más de acuerdo, pero volvemos a la misma cuestión, cuáles son los criterios para establecer los precios del gas», expone. Por último, la cuarta de las fórmulas en estudio es establecer un sistema de competencia entre distintas plantas productoras. «Eso significaría darle la vuelta como un calcetín al modelo actual, habría una resistencia tremenda y es inaplicable a corto y medio plazo», asegura Quevedo.
La posición que defiende NC es desvincular el precio del gas del resto de los modos de producción. «Llevamos diciendo más de diez años que es necesario hacer una auditoría del mix energético español para saber cuánto cuesta producir energía en cada uno de esos modos y, entre otras cosas, acabar con los beneficios caídos del cielo que tienen determinados sistema de producción como la nuclear o la hidroeléctrica, que siguen cobrando la energía al mismo precio que el gas», expone el diputado nacionalista, «eso para el consumidor es como ir a comprar pan y acabar pagando el precio del champán», añade.
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