«No vamos a permitir la investigación de las tierras raras. Fuerteventura no es el patio de Donald Trump o de su partido y no haremos nada en contra de su ciudadanía». Con estas palabras el presidente Fernando Clavijo (CC) contestó hace unos días al líder de Vox en las islas, Nicasio Galván, ante su insistencia de que hay que abrir la puerta a investigar si hay tierras raras en Fuerteventura.
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Allí se han paralizado varios proyectos de prospección. En medio de un cruce de posturas entre consejerías canarias, además el Cabildo majorero señaló que «no permitiremos actividades extractivas que pongan en peligro el equilibrio ambiental y nuestro patrimonio y territorio, que es Reserva de la Biosfera».
El llamado oro tecnológico mueve ahora mismo el mundo, desata guerras y centra el reparto y dominio de las grandes potencias en regiones remotas, de Groenlandia a Ucrania, pasando por China, el mayor productor de tierras raras del mundo. Hace falta para producir teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, auriculares, láseres, sensores, vehículos eléctricos, fibra óptica...
Y Canarias tiene muchas papeletas para atesorar esas tierras raras, no se sabe en qué forma o cantidad. Habría que investigarlo. Pero una mina cuando se vive del turismo no parece sensato a priori, teniendo en cuenta que los científicos ya han señalado que hay que mover una tonelada de tierra para extraer un kilo de tierras raras de promedio, el resto serían desechos.
Ante la necesidad y la total dependencia de China, ya hace un año la Unión Europa dio instrucciones de que se investigue para saber si algún país miembro tiene bajo su territorio reservas de tierras raras. Y a ello apeló Vox frente al resto del Parlamento de Canarias, a ese mandato europeo, y acusó a Clavijo «de mentir a los canarios» porque «esta investigación se puede hacer con todo el respeto al medio ambiente». E insistió Galván: «Piense mientras teclea su móvil -que, por cierto, sin tierras raras no funcionaría- que solo Vox ha sido coherente desde el principio con la ciencia en este punto».
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Casi al mismo tiempo que en el Parlamento de Canarias se daba un no claro a la extracción de tierras raras, en Madrid el Ministerio para la Transición Ecológica presentaba el primer plan de la minería de la democracia. Un programa 2024-2029 que responde a las exigencias de la UE y que forma parte del plan de acción de las Materias Primas Minerales 2025-2029 del Gobierno de España, a través del que se busca la identificación de recursos minerales del país en un marco de sostenibilidad, y que hasta el 5 de abril puede recibir alegaciones.
Varios ministerios, instituciones públicas, empresas y grupos ecologistas conforman el equipo de trabajo multidisciplinar que pretende poner al día el sector de la minería. Desde el Ministerio señalan que el objetivo es identificar los minerales críticos de los que dispone cada país para hacer frente a una transición energética sostenible. Y en esta línea, se actualizará la normativa actual para agilizar y mejorar la restauración de explotaciones mineras cerradas, que se concentran en el centro y norte peninsular.
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En el actual contexto geopolítico, para Europa es un gran problema la dependencia de China, por lo que es casi una obligación reforzar la autonomía estratégica nacional y europea. En estos momentos son fundamentales por ejemplo el wolframio para la fabricación de teléfonos móviles; el litio, el cobalto y el níquel para vehículos eléctricos; el boro para aerogeneradores; el magnesio y el escandio para la construcción y vuelo de aviones. Y la lista sigue.
Según los datos del Ministerio, España es el primer productor mundial de pizarra de techar, el segundo de mármol y rocas ornamentales, y el tercero de granito; dentro de la UE es el único productor de estroncio y sepiolita, el primero de fluorita y yeso, y el segundo de cobre, magnesita y sales potásicas. Pero hacen falta otros minerales, y también mayores cantidades dada la creciente demanda.
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Por eso el programa nacional, «a ejecutar con el IGME-CSIC, comunidades autónomas y otros actores, aprovechará la tecnología actual para buscar recursos no identificados, gracias a la revisión de los estudios geocientíficos existentes, nuevos estudios geofísicos y de detección remota, campañas geoquímicas o nuevos sondeos».
Y atendiendo al Reglamento de Materias Primas Fundamentales de la UE, de marzo de 2024, que asegura «se espera que la demanda de tierras raras aumente de forma exponencial en los próximos años», la producción local «es clave para la revisión de los sistemas energético y de movilidad» de los 21. Y a partir de 34 materias primas fundamentales identificadas, se ha creado una lista específica de 17 materias primas estratégicas. «Sin ellas, la mayoría de los sectores de la sociedad no podrían funcionar». Y el objetivo para 2030 es que al menos el 10% del consumo anual de la UE se extraiga en la propia UE. España se ha puesto ya a la tarea, pero Canarias no está en el mapa.
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