Lo urgente se ha ido abriendo paso entre lo importante. En esta tesitura lleva Canarias prácticamente toda la legislatura, lo que ha obligado al Gobierno a centrar su actuación en gestionar una crisis tras otra. Cuando aún se está dando respuesta en La Palma a las necesidades surgidas tras la erupción de Cumbre Vieja, la comunidad autónoma se enfrenta a las consecuencias económicas que pueden derivar de la invasión de Rusia en Ucrania y la inflación, y todo ello sin haber superado la pandemia del coronavirus.
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El presidente canario, Ángel Víctor Torres, y el Pacto de las Flores (PSOE, Nueva Canarias, Podemos y ASG) se enfrentan por segunda vez en este mandato al Debate del Estado de la Nacionalidad, y lo vuelven a hacer sin certezas que exponer en un escenario marcado por condicionantes excepcionales. En su intervención, el jefe del Ejecutivo tendrá que hacer no solo un balance de gestión del último año, en el que el volcán de La Palma se sumó a la crisis sanitarias, sino que sus previsiones y cualquier anuncio de futuro ha de hacerlo sabiendo que puede saltar por los aires, debido sobre todo a factores económicos externos. Unos elementos además, en los que el margen de actuación de la comunidad autónoma es limitado y en los que, de momento, tampoco cuenta con consenso político respecto a las medidas a adoptar, como es el caso de la fiscalidad, en el que el pacto y la oposición se encuentran totalmente enfrentados sobre la posibilidad de bajar impuestos para hacer frente a la inflación.
En este escenario, en el pleno que el Parlamento autonómico celebra los días 22, 23 y 24, Torres difícilmente podrá presentar conclusiones de los asuntos defendidos en el debate de investidura de julio de 2019 o los compromisos asumidos por el pacto en las propuestas de resolución de 2021.
El presidente sí podrá sacar pecho respecto a la ejecución de los recursos que han llegado tanto de Europa -los Next Generation a través del React-EU y Mecanismo de Recuperación- como del Estado -1.044 millones de euros en ayudas directas- para atender a los sectores más dañados por la pandemia. En cambio, tendrá que dar cuenta sobre el estancamiento de los expedientes canarios a resolver por Madrid, desde la crisis migratoria y la reiterada petición de corresponsabilidad del resto de comunidades en la acogida de menores, la deuda sobre carreteras o el retraso en las competencias de Costas, todo ello después de que se haya suspendido, una vez más y sin fecha en la agenda, la Comisión Bilateral y la Comisión Mixta de Transferencias.
Además, Torres se tendrá que emplear en los 120 minutos disponibles para su primera intervención en explicar los resultados en servicios sociales, a sabiendas de que la Consejería que dirige Noemí Santana será uno de los grandes focos de las críticas de la oposición, especialmente en lo que tiene que ver con las cifras de Dependencia o el incremento del número de canarios que se encuentran en situación de pobreza. A estos asuntos se suman 'clásicos' como las listas de espera en Sanidad o el acceso a la vivienda. Las críticas al Plan Reactiva Canarias también estarán presentes en el pleno. La oposición, tanto firmantes como no firmantes de este documento, lamentan la falta de transparencia del Gobierno.
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En la lista del haber del Gobierno, el presidente podrá dar cuenta de que en los últimos meses se ha dado cumplimiento a dos compromisos que eran además los asuntos estrellas presentados por el pacto: la Ley de renta ciudadana y la Ley del cambio climático, cuya previsión inicial era que entraran en el Parlamento en el primer año de Legislatura.
La oposición -cuya bancada ocupan Coalición Canaria (CC), Partido Popular (PP) y Grupo Mixto (con un diputado de Ciudadanos y Vidina Espino sin color político)- coinciden en su reiterado análisis: Torres utiliza la guerra y el volcán de La Palma, como antes hizo con la pandemia, para esconder su «mala gestión» y, sobre todo, para no dar respuestas eficaces a los problemas que afectan a los canarios, fundamentalmente a los más vulnerables. La «falta de firmeza» ante el Gobierno central también estará entre las críticas de la oposición.
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Este será el primer Debate del Estado de la Nacionalidad que se desarrolle con plena normalidad en este mandato. En 2020 fue suspendido después de que se declarara la pandemia del coronavirus y en 2021 su celebración se produjo con los límites establecidos por las autoridades sanitarias. Este pleno supondrá además el estreno de lujo de Manuel Domínguez como presidente del Partido Popular de Canarias en sustitución de Australia Navarro; un debate al que los nacionalistas de Coalición Canaria llegan una vez más sin su principal dirigente en la Cámara regional pero con la «colaboración independiente» de Vidina Espino. En el lado del Gobierno, el pacto insiste en declarar su fortaleza, más allá de propuestas de resolución por separado.
Los grupos integrantes del Pacto de las Flores presentarán por separado «pero consensuadas» sus propuestas de resolución, que se debatirán en la última jornada del Debate de la Nacionalidad. Partido Socialista, Nueva Canarias, Sí Podemos Canarias y ASG defenderán sus iniciativas que, previamente han tenido el visto bueno del Gobierno, explica un dirigente político, que puntualiza que «no podemos presentar propuestas conjuntas porque defendemos la posición de nuestro partido».
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Las circunstancias del Grupo Mixto han propiciado que la Junta de Portavoces haya admitido una petición para que los distintos grupos puedan presentar un número par de propuestas de resolución. Frente a las 45 iniciativas que se podían registrar el año pasado, se ha pasado a 46, de tal manera que Vidina Espino y Ricardo Fernández de la Puente pueden presentar el mismo número de propuestas.
El debate se inicia el martes con el discurso del presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, por un tiempo máximo de dos horas. Por la tarde será el turno de la oposición, de mayor a menor, por espacio de 40 minutos tanto para Coalición Canaria como para el Partido Popular. Los dos parlamentarios del Grupo Mixto se reparten este tiempo y dispondrán de 20 minutos cada uno. Torres podrá optar entre contestar de forma individual o conjunta a los portavoces, que tendrán una réplica de 10 minutos -la mitad para cada diputado del Mixto- y cierra el presidente.
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La sesión se reanuda al día siguiente con los grupos que apoyan al Gobierno. El formato y los tiempos serán los mismos que para la oposición según el guión elaborado por el Parlamento de Canarias. Hasta las dos de la tarde del miércoles 23 se podrán presentar las propuestas de resolución, que serán defendidas por cada grupo en turnos de 30 minutos el día siguiente.
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