A las discográficas siempre se las ha pintado como el villano de la industria musical, sin prever que las plataformas de internet como Spotify iban ... a superarlas en su capacidad de exprimir al artista y racanearle sus ingresos. 'Megamix brutal' confirma que algunos sellos musicales no se diferencian demasiado de los clanes mafiosos. Esta serie documental en tres episodios disponible en RTVE Play y producida por Jordi Évole nos retrotrae a la España de los 80 y 90, cuando una discográfica barcelonesa, Max Music, se hacía de oro con discos construidos a partir de trozos de canciones de éxito.
'Megamix', 'Max Mix', 'Máquina Total'... Recopilaciones que arrasaron en las discotecas y se publicitaron sin prejuicios; si Santiago Urrialde salía disfrazado de Rambo en una, la compañía rival, Blanco y Negro, contrataba a otro imitador del imitador. En 1995, tras el atentado de ETA contra el entonces presidente José María Aznar con un coche bomba, se lanzó el 'Bombazo Mix', con un doble del político en su portada escuchando música con unos cascos.
Artistas como David Lyme o Rebeca y discjockeys como José María Castells y Toni Peret fueron estrellas de un boyante negocio que prosiguió cuando Vale Music descubrió el filón de poner banda sonora a 'Gran Hermano' y 'OT'. El intento de asesinato de Ricardo Campoy orquestado por su exsocio, Miguel Degà, en 1998 es el suceso más llamativo de este recorrido por una industria feroz, cutre, lucrativa y despiadada, que no deja de ser un reflejo de la España de aquel tiempo. El locutor estrella de la radiofórmula de la época, Fernandisco, nos guía entre palizas, extorsiones, 'hits' de Sonia y Selena, el Currupipi Mix, voluntariosos pinchadiscos que empalman cintas musicales con celo y sicarios mexicanos. Apasionante.
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