Sheridan es uno de los hombres del momento en la televisión. Su transformación ha sido asombrosa. Mi primer recuerdo de él es como ayudante del sheriff en 'Hijos de la anarquía', magnífica serie inútilmente alargada. También participó en algunos capítulos de 'Veronica Mars', pero su eclosión se produjo como guionista de dos películas: 'Comancheria' y 'Wind River', que también dirigió. Su confirmación llegó con 'Yellowstone', que le abrió las puertas de la televisión. Y él ha 'okupado' esa casa. Además del segundo curso de 'Lioness', tiene pendiente la temporada 5B (así se llama) de 'Yellowstone' y 'Landman', con Billy Bob Thornton, Demi Moore y John Hamm, y basada en el mundo del petróleo. 'Tulsa King' y 'Mayor of Kingston' son también de su factoría, cuya sede central está en su rancho texano donde pergeña los guiones en la más absoluta soledad.
Un tipo curioso que sabe contar esas historias de la América profunda tan apelada en las pasadas elecciones, pero con un toque que trasciende para conectar con más gente. 'Lioness', en cambio, es una serie de pura acción, venganza, juegos de espías y ritmo trepidante. Nada nuevo, pero muy eficaz.
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