La vida del seriéfilo es infinita. Siempre hay alguna nueva propuesta que llega a la televisión o alguien que te propone ver uno u otro ... trabajo. Mis amigos saben que el terror no va conmigo, pero que soy capaz de devorar documentales deportivos de cualquier especialidad. Creo que soy de los pocos que vio en España la vida de un equipo de críquet en India hace unos años. También saben que los programas de cocina me gustan -no los concursos- y me plantearon uno que, además, podía ver el sector infantil de la casa: 'Comida para Phil'.
No es nueva. Ni mucho menos. Hay seis temporadas en Netflix. La última se estrenó hace más de un año y la primera en enero de 2018. Todas tienen la misma dinámica. Phil Rosenthal, productor ejecutivo y creador de 'Todo el mundo quiere a Raymond', viaja a una ciudad a conocer las inquietudes gastronómicas de la zona y a sus principales chefs. Algunos son de los mejores del mundo. Viaja a Dublín, Ciudad del Cabo, Nueva Orleans, Venecia o Lisboa, por citar solo algunas urbes aunque en general predominan las estadounidenses. Durante aproximadamente una hora, Phil come, bebe, habla con la gente y se lo pasa bien. Es un disfrutón y lo transmite con sus gestos o sus caras de felicidad cuando se come bien un burrito callejero bien un plato Michelin.
No existe mucha profundidad en las enseñanzas culinarias -para eso está 'Chef's Table'- y hay seguro mucha edición y preparación, pero da igual. Es mi nuevo momento de felicidad televisiva que comparto con mi hija mayor. Discutimos qué platos nos comeríamos o qué ciudades iríamos a visitar. Pero en lo que los dos estamos de acuerdo es que Phil nos da mucha envidia. Le pagan por recorrer el mundo. Queremos viajar con él.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.