Lolo Rico tuvo siete hijos con un marido bilbaíno del Opus Dei que la maltrataba y del que logró separarse en los años 70 para ... empezar una nueva vida sin un duro. Escribió libros infantiles, trabajó como guionista en Televisión Española y de 1984 a 1988 dirigió un programa que marcó a una generación. 'La bola de cristal' fue un oasis de creatividad y transgresión que capturó el espíritu de su tiempo, las nuevas corrientes educativas y el fulgor de la Movida. Uno de esos raros momentos en los que un espacio disfruta de plena libertad rindiendo cuentas solo a sus espectadores.
'Imprescindibles' (disponible en RTVE Play) ha dedicado una de sus entregas a Lolo Rico, que falleció en 2019 a los 84 años y cuya tumba en el donostiarra cementerio de Polloe luce una bola de cristal. Retrata a una mujer libre en un mundo de hombres, que guardó a la Bruja Avería en el cajón cuando Televisión Española quiso censurar un 'sketch' sobre la educación privada. Duró seis meses como responsable de programas infantiles de la cadena pública. Después la pusieron a visionar películas para detectar si tenían rayitas y defectos.
Santiago Alba Rico, el hijo filósofo de Lolo, cuenta en el documental que, de pequeño, su madre le parecía «una mujer omnipotente». Una cincuentona que se quedaba prendada de una chica punki a la que descubría en la calle, Alaska, y de dos bufones que saltaron del parque del Retiro a interpretar gags en la pequeña pantalla sin aprenderse el guion: Pablo Carbonell y Pedro Reyes. Todo el mundo recuerda con una sonrisa a Lolo Rico, una revolucionaria curiosa que trató a los niños como iguales y no se cortó en celebrar de manera gamberra posiciones de izquierda que hoy llamarían a la cancelación. Gracias a ella identificamos el mal con el capital y sabemos que solos no podemos, con amigos, sí.
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