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Jack Lemmon en 'Préstame a tu marido' (1964).
Jack Lemmon, un siglo del americano medio

Jack Lemmon, un siglo del americano medio

El actor encarnó mejor que nadie la vulnerabilidad y el fracaso en comedias memorables

Sábado, 8 de febrero 2025, 18:03

Billy Wilder nunca fue amigo de un actor. Salvo de Jack Lemmon. «Él era mi hombre de la calle, todo lo que hacía tenía un rasgo de genialidad», alababa. A las órdenes del director vienés rodó siete películas y cimentó su unión con Walter Matthau, formando una de las parejas más sombríamente hilarantes del cine americano. El histrión memorable de 'Con faldas y a lo loco', 'Irma la dulce' y 'En bandeja de plata' supo encarnar como nadie la amargura y frustración cotidiana del americano medio en la magna 'El apartamento'. ¿Hay alguna otra comedia que incluya un lavado de estómago tras un intento de suicidio?

Lemmon, nacido el 8 de febrero de 1925 en Massachusetts y fallecido en Los Ángeles en 2001, encarnó mejor que nadie la vulnerabilidad y el fracaso en la pantalla. Fue un intérprete prolífico dotado de una vis cómica excepcional y de un talento dramático sin fisuras, que bebían por igual de unos mismos resortes: su ternura patosa, una inocencia desarbolada y una implorante fragilidad disfrazada a menudo de histeria. Un caballero dentro y fuera del plató a decir de quienes trabajaron junto a él, que permaneció en activo hasta el día de su muerte y tocó todos los géneros, aunque permanezca en la memoria por una serie de comedias perfectas rodadas a las órdenes de su vecino en la playa de Santa Mónica, Billy Wilder.

Jack Lemmon junto a Marilyn Monroe y Tony Curtis en 'Con faldas y a lo loco'.

Jack Uhler Lemmon III fue un actor de vocación, porque su destino natural era seguir los pasos de su acomodado progenitor en el elitista Boston. Procuró complacerle, y colgó en su cuarto una licenciatura en Harvard para, al poco tiempo, trabajar como pianista en un garito de la Segunda avenida neoyorquina. Prosiguió como locutor radiofónico, productor televisivo y actor teatral, hasta que en 1954 George Cukor le ofreció su primera oportunidad en 'La rubia fenómeno'. Apenas un año más tarde, obtuvo un Oscar como actor de reparto por 'Escala en Hawai'. Estuvo ocho veces nominado y ganó una segunda estatuilla en 1973 por 'Salvad al tigre'.

Lemmon podía resultar chispeante –'Me enamoré de una bruja', 'Cómo matar a la propia esposa'– pero también descender a los infiernos como en 'Días de vino y rosas', en cuyo rodaje Blake Edwards tuvo que zarandearle en más de una ocasió, imbuido como estaba en el papel de un alcohólico. Con la madurez, desarrolló una querencia hacia temáticas más graves, afines a sus inquietudes demócratas: 'El síndrome de China' y 'Desaparecido', premio de interpretación en Cannes.

Jack Lemmon, Michael Douglas y Jane Fonda en 'El síndrome de China'.

En el ocaso de su carrera, el actor alternó las colaboraciones de lujo –'JFK', 'Hamlet'– con la explotación de la franquicia de 'La extraña pareja' junto a Matthau y trabajos con los rebeldes de Hollywood: Robert Altman en 'Vidas cruzadas' y David Mamet en 'Glengarry Glen Ross'. Wilder rememora que era el primero en llegar al plató. Culto y educado, defendía que la mejor interpretación surge «cuando se funde el actor y el ser humano».

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