Hay una escena en 'Río sin retorno' donde Robert Mitchum da friegas a Marilyn Monroe, que está helada después de esa travesía loca por el ... río. Le da una paliza, como esas empleadas de los hamanes de Marraketch encantadas de manosear con jabón negro y con fuerza, casi desollándolas, a las pijas que pagan por ello. A mí me recordaba a cuando mi abuela me lavaba la cara con una manopla y Heno de Pravia.
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Antes de cada partido, el futbolista Rodrygo Goes se acerca a la banda y un empleado del Real Madrid le da con fuerza crema expectorante en el pecho. Si sirve para algo o no, importa poco. Lo gracioso es que conviva la crioterapia de Cristiano (meterse en una cámara con temperaturas congelantes), las zapatillas mágicas de las maratones que usan Eliud Kipchog o Tigist Assefa y el Vicks Vaporub de Rodrygo. Lástima que en cuanto los periódicos de papel mueran del todo, los ciclistas van a tener que bajar los puertos sin poderse proteger del frío.
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