Antes se hablaba de comunicación, ahora de pedagogía. Sánchez ha pedido a la Ejecutiva del PSOE «pedagogía sobre el SMI». Las ministras también tiran de ... la palabrita. «La comunicación política tiene como objetivo persuadir, informar e influir en las actitudes y acciones políticas del público», dice la Wikipedia. Ahora hay que hacer pedagogía. Suena peor.
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Pienso en Javier Orrico y en 'La tarima vacía', donde desenmascaraba la LOGSE y las que siguieron. «Cada vez que cambia una ley, los pedagogos de la Administración, bien engrasados por los didactas de las facultades de Educación, acuden a los centros a recordarles a los profesores que, como funcionarios, no tiene otro remedio que acatar las instrucciones que reciben». El cambio por pedagogía será porque el ciudadano está comunicando, como en la canción de Monna Bell: «Quise decirte vida mía/lo que por ti yo estoy pasando/pero no pude porque estabas comunicando, comunicando, comunicando».
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