La importancia de un abrazo

Un beso, un abrazo, tomar un café, una caña con el colega en la barra de un bar, una carrerita con los amigos, festejar un cumpleaños o divertirnos en una boda. Gestos y acciones de la cotidianidad que nos parecían normales, hoy son un preciado tesoro. Cómo nos ha cambiado la vida en cuestión de días. Vivimos en una película de ciencia ficción, con un argumento difícil de digerir, pero con la esperanza de que todo llega a su fin. Hoy todos pertenecemos a una España vaciada en la que las grandes urbes experimentan la soledad de sus calles, el silencio de la noche y la ausencia de niños en los parques.

Durante un periodo de tiempo debemos adaptarnos a una situación diferente y extrema, pero hay que mantener la llama de la esperanza bien viva para afrontar el incierto futuro con fuerza y ganas de seguir avanzando. Estos días quedarán en los anales de la historia, unidos a dramáticas épocas de antaño que leíamos en los libros pero que nunca pensamos que fuésemos a ser testigos de ellas.

Cada uno de nosotros tenemos nuestro papel en esta emergencia sanitaria y debemos aportar nuestro granito de arena. Estamos aún en la primera fase de una cuarentena que se alargará, con dias mejores y días peores, pero resistir será clave para pensar en los próximos abrazos y besos. Me cuesta, por mi forma de ser, caer en el desánimo a pesar de la situación personal y familiar que cada uno vive, pero este trance nos dejará huella y confío que nos sirva para fortalecernos en un futuro, que deseo que sea próximo, con gestos y acciones rutinarias que nos llenen de valores. La alegría volverá a las calles, las terrazas volverán a llenarse, nos abrazaremos al vernos y la sonrisa iluminará nuestros rostros, pero haber pasado por lo que estamos experimentando en nuestras carnes debe servir para que todos reflexionemos de que hay que valorar los hechos y gestos del día a día, por si no los vuelves a tener más.

No quería que esta habitual columna de los miércoles cayese en el desánimo vigente. Me hubiese gustado criticar, como hago habitualmente, la incoherencia que nos encontramos en los avatares diarios, pero esto volverá. Anoche soñé con la remontada del Real Madrid en Manchester, con un triunfo de la UD Las Palmas, con la victoria del Herbalife Gran Canaria en el derbi, con reencontrarnos, con salir a correr por Paseo de Chil o con el café mañanero en Gourié 41 con los amigos tras dejar a los niños en el colegio. Todo es cuestión de tiempo. Llegarán días de agobio, pero será cuestión de respirar hondo y pensar en la importancia que tiene darnos un abrazo. Y ese momento llegará.