Ronear

Cada tarde, una terapeuta ocupacional ejercita el cuerpo y la mente de mis padres, pero la muchacha es tan actual que, a veces, nos cuesta ... seguirla. Mis padres están un poco asustados con tanto desparpajo, pero a los hijos nos parece bien que haya alegría en casa. La otra tarde, ejercitaba la memoria de mi padre buscando palabras a partir de las dos letras iniciales. Una palabra con ca-, pues casa, una palabra con tu-, pues turrón. Llegó el turno de una palabra que empezara con ro- y a mi padre no se le ocurría ninguna, así que tuvo que intervenir la terapeuta. «Ronear», sugirió decidida. Mi padre se quedó estupefacto y yo, patidifuso. «¿Ronear?», nos extrañamos al unísono, pero la terapeuta no se amilanó, sino que se puso a bailar con mucho entusiasmo al tiempo que cantaba una letra pegadiza: «Cómo ronea, cómo ronea, delante del novio pa' que la vea».

Aprendimos que ronear es sinónimo de coquetear y mi padre se rio mucho, pero a mí me pareció una palabra horrible. «Me espanta imaginar a mi nieta anunciando que ha estado roneando con un chico. Mucho más bonito flirtear, dónde va a parar», le comenté a mi padre, que, con buen criterio, hizo una comparación didáctica: «Tú decías que te ibas a ligar y sonaba fatal. Cada época tiene sus palabras».

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Mi padre tiene razón, lo que hoy es anormal para los 'boomer', resulta ser la normalidad para la generación Zeta. Hace 50 años, la normalidad que escandalizaba a los padres era Michel Delpech cantando: «Por un 'flirt' de los dos cualquier cosa daría yo». Había que ser cursi y relamido para «tener un 'flirt'». Hoy, la normalidad son Las Chuches cantando 'Como ronea' y encandilando a las terapeutas, a los novios y a mi padre.