En contra de lo que se pensaba en la campaña electoral, y después, en los diversos artículos que se publicaron como consecuencia de las Elecciones ... al Parlamento Europeo del 6-9 de mayo de 2024, en los que se insistía en la relevancia del cambio político que se avecinaba, en relación al auge de la extrema derecha, tanto como consecuencia de la composición del Parlamento Europeo, como la incidencia que habían tenido las elecciones en algunos países como Francia, podemos afirmar en la actualidad, sin miedo a equivocarnos, que estos análisis no eran correctos. La incidencia de las elecciones, tanto en el Parlamento Europeo como en el Consejo e incluso en la futura composición de la Comisión está siendo prácticamente nula, y esperemos que así sea a lo largo de la nueva legislatura.
Desde el punto de vista del Parlamento Europeo, al final la extrema derecha, que tenía hasta ahora dos grupos políticos, concretamente Conservadores y Reformistas, en el que antes británicos, y después de su salida, polacos e italianos de Meloni, tenían una influencia limitada, e Identidad y Democracia, liderado por el grupo de Le Pen. Ahora, existen tres grupos, es decir, hay más división, en dónde el principal será los Patriotas Europeos, liderado por Orban, y en el que se ha incorporado los partidarios de Le Pen, Vox y otros, con 84 escaños, convirtiéndose en la tercera fuerza política del Parlamento. Pero, como veremos a continuación, de momento, con una fuerza limitada, ya que no han conseguido ninguna vicepresidencia del Parlamento ni presiden ninguna comisión de la cámara, por la aplicación del cordón sanitario.
Por otro lado, se mantiene el grupo de Conservadores y Reformistas, con 78 eurodiputados, siendo la cuarta fuerza política, con un eurodiputado más que los liberales, que sí tendrá alguna incidencia, aunque limitada, ya que no se le ha aplicado el cordón sanitario. Así, mantiene la presidencia de dos comisiones que ya tenía en la anterior legislatura. Por último, el tercer grupo de extrema derecha es el de Europa de las Naciones Soberanas, que no existía antes, y tiene 25 miembros, liderado por Alternativa para Alemania. Entre los no inscritos, también hay eurodiputados de extrema derecha, como Alvise, que tiene tres eurodiputados.
Frente a esto, hay que resaltar que el Partido Popular Europeo pasa de 179 a 188 miembros, bien entendido que antes había 703 escaños y ahora hay 720. El grupo de los socialistas y demócratas ha perdido 2, pasando de 138 a 136. Por otro lado, el grupo de los liberales de Renew, se ha reducido bastante, pasando de 98 a 77 escaños, es decir, han perdido 21. Los Verdes, que tenían 70, en la actualidad tienen 53, perdiendo 17, pero, sin embargo, se han sumado a la mayoría de Von der Leyen. Por último, el grupo de la izquierda, que tenía 37, ha pasado a 46, gracias en gran parte a que se han incorporado el Movimiento 5 estrellas de Italia.
Aunque los dos principales grupos de extrema derecha han ganado eurodiputados, convirtiéndose en el tercer y el cuarto grupo más grande del Parlamento, respectivamente, el peso del conjunto, a nuestro juicio, no ha aumentado, ya que no tienen un programa común, sino grandes divergencias, por ejemplo, en relación a Ucrania. Por un lado, en el Consejo Europeo del 26 y 27 de junio no consiguieron las propuestas de ninguno de los tres cargos principales: la Presidencia de la Comisión Europea (Ursula Von der Leyen, alemana del Partido Popular), la del Consejo Europeo (Antonio Costa, portugués socialista) y el Alto Representante para Política Exterior y de Seguridad (Kaja Kallas, estonia liberal).
Asimismo, en el Parlamento Europeo, el 16 de julio la Presidencia la obtuvo Roberta Metsola, maltesa popular, que obtuvo un magnífico resultado, de 562 votos a favor, frente a los 61 de la única candidata alternativa, la española Irene Montero de La Izquierda. De tal manera, que obtuvo el 80% del total de la cámara, y más del 90% de los presentes, obteniendo un resultado inmejorable y dando muestras de la cohesión que tiene la cámara.
Por otro lado, la elección de la Presidenta de la Comisión, que fue el 18 de julio, Ursula Von der Leyen, que fue candidata única, obtuvo 401 votos, lo que suponía cuarenta votos más de la mayoría absoluta, y alrededor del 60% de los presentes. Hay que recordar que en las elecciones de 2019 solo obtuvo nueve votos más que la mayoría absoluta. Es importante destacar que nuestros periódicos, unos meses antes de las elecciones, dudaban mucho de que fuera reelegida, y aventuraban que iba a haber otros candidatos, o que iba a tener que llegar a acuerdos con parte de la extrema derecha.
Sin embargo, no ha sido así, le han votado únicamente los tres partidos con los que había alcanzado un acuerdo (populares, socialistas y liberales), aunque no todos, como ocurre siempre como consecuencia del voto secreto, más gran parte de Los Verdes. Por lo cual, no está condicionada en nada a poder aplicar su programa político, que era claramente continuador del de la legislatura anterior, que tan buenos resultados había dado para Europa.
En definitiva, la gran diferencia entre el grupo mayoritario de centro izquierda y centro derecha, los populares, socialistas y liberales, que tienen entorno al 60% de la cámara, frente a la extrema derecha, que aglutina a algo más del 20%, es que los primeros tienen un programa común, que es el que defendió la Presidenta de la Comisión en su investidura, frente a la división en la extrema derecha en tres grupos políticos con programas divergentes en muchos aspectos e incapaces de ponerse de acuerdo en nada.
Otra consideración que hay que hacer es que, indudablemente, las elecciones han tenido efectos políticos en Francia, donde la extrema derecha superó al gobierno en las europeas, aunque en las elecciones legislativas han quedado en tercera posición tras la segunda vuelta el 7 de julio, en contra de lo que pensaba gran parte de nuestra opinión pública, que una semana antes daba por hecho que iba a haber una cohabitación copresidido por un gobierno de extrema derecha. En cambio, la Presidenta de la Asamblea que se ha designado es del partido de Macron y la propuesta a Primera Ministra es una socialista moderada, Lucie Castets.
Por otro lado, es importante resaltar los resultados de las elecciones en el Reino Unido de principios de julio, donde los laboristas han conseguido casi dos tercios del total de los escaños de la cámara de los representantes, ya que los laboristas son equivalentes a los partidos de la UE que tratan de desarrollar la sociedad del bienestar, con equilibrio entre mercado, sociedad y estado, que los conservadores británicos estaban disolviendo, en gran parte como consecuencia de que se alejaban de la Unión Europea. Más allá de los efectos que tendrá en las relaciones con la UE, hay que contrastar que tienen un programa político cada vez más similar al de la mayoría de los partidos proeuropeos.
Para nosotros, el Movimiento Europeo, tiene especial importancia que Von der Leyen se haya comprometido con el objetivo fundamental de la reforma de los Tratados para avanzar en la senda federal. Concretamente, en su discurso de investidura dijo: «Necesitamos una agenda de reforma ambiciosa para asegurar el funcionamiento de una Unión más grande y para incrementar la legitimidad democrática. Aunque las reformas eran necesarias antes, con la ampliación se han convertido en indispensables. […] Nos centraremos en lo que ya podemos hacer, que es mucho. Pero deberíamos ser más ambiciosos. Creo que necesitamos un cambio en los Tratados para mejorar nuestra Unión. Y quiero trabajar con el Parlamento para ello». Precisamente, la extrema derecha se ha opuesto rotundamente a la profundización de la Unión Europea, incluso por eso se llaman patriotas o soberanistas de Europa, tratando de defender la soberanía nacional frente a la europea.
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