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¿Y qué hay de lo mío?

¿Y qué hay de lo mío?

Ultramar ·

Socialismo, comunismo, fascismo, sanchismo, libertad... ¿Y los problemas cotidianos?

Sábado, 17 de abril 2021, 08:26

En esta partitocracia en que han convertido esta democracia en la que vivimos, donde los partidos, además de instrumentos de participación y mecanismos para la conquista y mantenimiento del poder, son también agencias de colocación para adeptos, sabido es que cuando la victoria sonríe y toca la reorganización de la administración los repartos se hacen en función de la cuota de influencia de esta o aquella familia o, incluso, territorio, en pro, nos dicen, de garantizar los equilibrios que faciliten el buen funcionamiento del engranaje, o lo que es lo mismo, que no exista disonancia alguna entre los recién aupados.

No importa que constitucional o estatutariamente se marque que la potestad y responsabilidad de la designación de ministros o consejeros, por ejemplo, sea exclusiva del presidente o que el programa firmado, en los casos de coalición, obligue a determinados comportamientos, que sobre el papel siempre se dice que han de ser exquisitos. Sin embargo, diga lo que diga la norma, está asumido que las 'cuotas', independientemente de las capacidades, han de ser respetadas, de ahí que sea normal que en todas las negociaciones se escuche, «¿y de lo mío qué? Ejemplos recientes: el relevo en el Gobierno central tras la marcha de Iglesias, el cambio en la Viceconsejería de Empleo del Ejecutivo regional o la incorporación 'interruptus' de Toni Cantó en las listas del PP madrileño.

Si así se las traen los actores políticos, resulta totalmente razonable que todos nosotros, como ciudadanos de a pie, tengamos los argumentos para levantar la mano y preguntar: ¿Y qué hay de lo mío?; es decir, de contemplar en sus agendas alguna atención a las necesidades que nos acucian, que bien sabemos todos que para la mayoría son muchas.

Sin embargo, ya ven, unas elecciones autonómicas de Madrid nos las estamos comiendo como si de un plebiscito antesala de las generales se tratara, en la que proyectan, a nuestros ya angustiados cuerpos, un relato de terror, con un quítame allá el socialismo, el comunismo, el facscismo, el sanchismo o la libertad. Por no hablar del 'dumping' fiscal que abanderan los recentralizadores en según qué región frente a la armonización de los descentralizadores. Y hasta el estado de alarma queda a expensas de la fecha electoral. El conejo me desriscó la perra.

Entre tanto, la pandemia disparando la pobreza severa, las pifias con las vacunas sucediéndose, el drama inmigratorio 'ocultándose' en campamentos miseria... Pues eso, ¿y qué hay de lo mío?

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