Procedente de Cartagena de Indias, Colombia, el 26 de enero del 2023 atracaba en el muelle Nelson Mandela del Puerto de La Luz y Las ... Palmas, el buque livestock 'Orion V' con cuatro toneladas y media de cocaína, disimuladas entre sus casi dos mil vacas de pedigrí paisa, cuyo destino final era Argelia. El buque, una ruina flotante registrado en Togo, y presumiblemente de armador árabe, fue apresado en aguas internacionales por el Servicio de vigilancia aduanera, en el marco de una operación, que posiblemente viniera cociéndose desde la otra orilla atlántica.
¿Qué es un livestock, y por qué son tan habituales en aguas circundantes al archipiélago canario? El término hace referencia al transporte de ganado, principalmente bovino, por vía marítima. Brasil, Colombia, y Uruguay, son exportadores de vacas con destino a los países árabes. Existe una flota de buques livestock, generalmente en mal estado, registrados en las peores banderas de conveniencia, y con intereses árabes en sus títulos de propiedad. Destacan libaneses, turcos, y egipcios, con la siempre delicada conexión de la intensa diáspora libanesa hacia Colombia, la triple frontera, y las sospechas de sus opacas relaciones, y presumible mecenazgo, de movimientos como Hezbollah, o Hamas, rastro que igualmente nos lleva a las capitales de Africa occidental.
El 'Orion V' es el arquetipo del transporte de cocaína disimulado entre vacas. Narcovacas, como jocosamente la prensa colombiana señaló el fenómeno por el cual la exportación de ganado bovino a Oriente medio, se vio corrompida por los narcos, que vieron en el discreto, también oloroso, transporte de animales por vía marítima, una forma de hacer llegar la cocaína a las fosas nasales europeas. Dos por uno.
La mecánica del transporte de ganado entre Sudamérica, y los países árabes norteafricanos, también los de oriente medio, les lleva a transitar bien al norte de Canarias, o entre las islas, siendo frecuentes las escalas de estos buques en la rada de Las Palmas de Gran Canaria para hacer bunker, consumo de combustible; ya sea en sus derrotas hacia el Mediterráneo, o de vuelta a Brasil, o Colombia, a por más vacas.
El transporte es especialmente cruel para los animales, hacinados en estos buques, que no dejan de ser establos flotantes en condiciones de mantenimiento precarias. El último en hacer escala en Las Palmas, fue el 'Zein I', otra ruina flotante, que el pasado primero de febrero, gracias al viento sureste, dejó un intenso aroma a corral beef en la ciudad baja.
Pero la peculiaridad más iconográfica de este transporte marítimo tan particular, digna de una portada de un disco de Pink Floyd, ha sido la aparición en playas de las islas, de forma periódica, de alguna vaca varada en la costa. La última, el pasado verano, en la isla de La Graciosa. Para esta imagen tan surrealista, hay dos explicaciones. La primera obedece a que si un animal enferma, o muere, va por la borda, para evitar la cadena de contagio, y la corriente sur generalizada, la puede hacer derivar a costa norte de las islas. La otra, más conspiranoica, sugiere que se tiran exprofeso con fardos de coca dentro del animal, que posteriormente, serían recogidos por cómplices en las islas del tráfico de estupefacientes, y distribución de la cocaína. Es todo un poco Narcos panza de vaca, o Miami Vice, pero así parece ser este mundo de las narcovacas.
¿Y qué fue del 'Orion V'? El buque del célebre alijo, que fue precedido por los apresamientos de otros dos barcos, el 'Mambo' y el 'Blume', con, respectivamente, incautaciones de 2.5, y 3,5 toneladas de cocaína a bordo, ambos apresados en aguas circundantes a Canarias, que es escenario de tránsito en el transporte de ganado, fue puesto a disposición judicial; pero sus verdaderos armadores, al igual que ocurre con el fenómeno de los petroleros darkfleet rusos, han quedado ocultos tras una compleja red de entidades pantallas, o sociedades offshore, en estados insulares, o africanos, caso de Togo, Tanzania, Gabón, o Guinea ecuatorial. Lugares, donde realizar pesquisas es un acto de fe a la hora de recibir información, o colaboración gubernamental, pese a que las autoridades de Togo, si colaboraron en la investigación que llevó al apresamiento del citado buque en Las Palmas. Beirut, también aparece en las puertas donde tocar, para ver quién es el dueño del buque. Otra característica de esta flota, siempre en la sospecha, es que continuamente cambian de nombre, y pabellón de registro. No en vano, el 'Orion V', ya visitó Las Palmas como 'FM Spiridon'.
Las tripulaciones de estos buques trabajan en condiciones bastante lamentables. En el caso del 'Orion V', sus 28 tripulantes eran una amalgama de nacionalidades tan diversas como la colombiana, dominicana, ecuatoriana, keniata, nicaragüense, nepalí, panameña, siria, o tanzana. La justicia española, supuestamente amparándose en que el hacinamiento de casi dos mil cabezas vacunas era un problema sanitario, y no había donde meterlas, permitió al buque hacerse a la mar, sin la cocaína, y que continuara a viaje hasta Argelia, o Libia. Spañistan en pura esencia.
Pero vamos a un escenario más actualizado. En los últimos días, el tráfico de estos buques ha sido especialmente intenso en las aguas cercanas a Canarias, ya sea navegando hacia el Mediterráneo, haciendo escala en Las Palmas, o en tránsito entre las islas. Nombres como anteriormente citado 'Zeain I', o los habituales 'Anna Marra', 'Jouri' o 'Fidelity', este último, de armador y pabellón libanes, escenifican lo intenso del trafico livestock en aguas cercanas a las islas.
Un momento clave para este transporte son las semanas previas a la fecha de la matanza de los corderos en la fe musulmana. La denominada Eid al-Adha, que lleva a organizar los fletes de los establos flotantes con meses de antelación. La conexión entre lo particular del transporte, el sector ganadero colombiano, que se declara ajeno al problema, señalando que los fardos se transbordan en alta mar, los carteles de la droga sudamericanos, que vieron la oportunidad de un transporte discreto, y los discretos armadores de estos buques, son una vertiente más del intenso tráfico de droga, por vía marítima, que discurre entorno a los pasillos marítimos canarios. Podríamos citar el caso de los narco-veleros, narco-submarinos, o como estados frágiles, y sin control costero-aduanero, caso de Guinea Bissau, y quizás The Gambia, han sido corrompidos por los cárteles sudamericanos, ganándose con ello santuarios operativos a pocos días de navegación de Europa.
El caso narcovacas del 'Orion V' no fue el primero, tampoco será el último, que tiene a Canarias como escenario de tránsito en la ruta atlántica de la cocaína. Así que cuando huelan a establo en el parque de Santa Catalina, échense a caminar por la Avenida Marítima hacia el sur, y verán una ruina flotante, con una exótica bandera de Togo, o quizás con el cedro libanés, que da cobijo a las sufridas, y mareadas vacas, que van al matadero a miles de millas de distancia.
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