El fútbol está ofreciendo una imagen lamentable. La Real Federación Española está envuelta en turbios asuntos que producen hastío, sobre todo cuando uno puede comprobar ... cómo el fútbol y el fútbol sala de base están en la miseria, con clubes que salen adelante de milagro, y mientras tanto los directivos, que en la mayoría de las territoriales llevan años y años, se cruzan de brazos a la espera de que llegue el Mundial 2030 como si fuese la panacea.
El ejemplo más claro de la Territorial de Fútbol de Las Palmas es comprobar cómo están los clubes de base, a los que incluyo a los olvidados del fútbol sala, y cómo la Federación goza de un chalet de lujo como sede en Ciudad Jardín. El mundo al revés. ¿El Mundial 2030 en qué beneficiará a la base? De eso no se habla. Solo se habla de los millones y millones que costará la adecuación de los estadios.
El fútbol merece un majo y limpio, pero la misión es complicada por no decir imposible, ya que con las actuales normas los asamblearios llevan en la poltrona más tiempo que la llegada del hombre a la luna. ¿Ustedes creen que el relevo de Rubiales en el fútbol español es Rocha? Por favor. Al fútbol y al fútbol sala español tiene que llegar savia nueva. Busquen la foto de una reunión de las Federaciones Territoriales y se echarán las manos a la cabeza. Los que están votaron en su mayoría a Rubiales. ¿Y ahora seguirá lo mismo de siempre pero con otros nombres? Ya está bien.
Los cambios de estampas no provocan ningún cambio. Todo sigue igual. Los federativos viven de escándalo, mientras se disputan los campeonatos insulares con el habitual copia y pega. Y eso sin incidir en el patito feo del fútbol sala. Estos días se está celebrando en La Orotava el Memorial Mateo Hernández, gracias al esfuerzo del club Salesianos de Tenerife. ¿Por qué en Gran Canaria no se celebra ni un solo torneo de fútbol sala nacional de base, bajo el paraguas federativo? Porque están acostumbrados a hacer siempre lo mismo con los mismos. Tres clubes de la isla -Malta, Olirón y Bugedo- se encuentran disfrutando de una experiencia única en edad cadete, en un deporte magnífico que está en el más absoluto olvido en las islas.
Mientras tanto, entre escándalos e incertidumbres, el fútbol español solo piensa en el Mundial, mientras su cimientos se caen a cachos. El Gobierno de España debe intervenir como hace cuando quiere en asuntos de menor interés. Mientras no se cambien los estatutos federativos, todo seguirá igual. El fútbol merece respeto y no escándalos.
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