El movimiento se demuestra andando y el hastío está empezando a ser insoportable. A raíz de la concentración convocada por el colectivo ciudadano Guardianes del ... Parque Romano para exigir mejoras en este pulmón deportivo de Las Palmas de Gran Canaria que presenta un deterioro notable me han surgido varias reflexiones sobre el estado del deporte en Gran Canaria. «Barranco Romano», así titulé esta columna en julio del pasado año para definir el pésimo estado de un parque que sigue cada vez peor. Ha pasado un año de mandato y nada de nada.
Pero como el parque Romano hay miles de ejemplos que demuestran el abandono que sufre el deporte. Los responsables políticos miran hacia otro lado y los nuevos que llevan en sus cargos solo un año se han sumado pronto a la política de la foto, acudiendo a presentaciones de eventos privados o de partidos y convocatorias de los llamados clubes de élite, esos que están subvencionados con dinero público hasta las trancas. Pero siguen sin darse cuenta que los votantes están en la calle. ¿Cómo se encuentran las instalaciones deportivas? ¿Qué proyectos hay sobre la mesa? ¿En qué condiciones se han encontrado nuestros alumnos las canchas de sus colegios o institutos? Nada de nada. El copia y pega, con algún que otro artilugio sacado de la manga para justificar lo injustificable, es el modus operandi, y mientras tanto el deportista amateur y muchísimos clubes de las distintas disciplinas deportivas se topan con infinidad de problemas en el día a día.
Si el parque Romano está que da pena les aconsejo que se den una vuelta por el barranco Guiniguada. Otro de los pulmones deportivos de Las Palmas de Gran Canaria se está convirtiendo en un estercolero, con las zonas de esparcimiento destrozadas, basura en sus márgenes y un deterioro al que nadie pone freno con ni una sola medida.
Se está entrando en una dinámica insoportable, que con el tiempo caerá por su propio peso. Tiempo al tiempo. Acumular equipos en la élite con incrementos anuales de subvención pública, en deportes con nulo seguimiento y sin presencia de canteranos en sus filas, mientras el deportista amateur agoniza, acarreará movimientos que están empezando a generarse porque la dificultad ahoga.
El parque Romano y el barranco Guiniguada son ejemplos del deterioro actual, pero si acuden a las instalaciones deportivas de los municipios o a la de los centros educativos se echarán las manos a la cabeza. Pero sigan sonriendo para la foto.
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