Los inmigrantes se buscan la vida como pueden en la calle y no todos de forma legal. Cober
Es psicosis no racismo
A cara descubierta ·
Los canarios, que se caracterizan por su hospitalidad y su carácter abierto, no se han vuelto racistas de repente. Viven con miedo una inmigración mal gestionada y que está dejando en la calle a decenas de personas que tienen que buscarse la vida
Llevo semanas escuchando en tertulias de radio y televisión numerosas intervenciones de personas que critican y censuran los comportamientos racistas que se llevan produciendo desde hace meses en distintos puntos de Canarias y también en las redes sociales. Ciertamente son intolerables actitudes que está habiendo con inmigrantes, como insultos en guaguas a personas de color por el simple hecho de estar ahí, la negativa a acogerlos, el considerar la llegada de pateras como una invasión u organizar batidas para ir a agredirlos. Estos comportamientos hay que controlarlos y erradicarlos, desde luego, pero son solo la punta del iceberg. El problema es más global y complejo y no puede entenderse como racismo a secas.
Estas actitudes racistas y minoritarias y cuyo origen están en el temor y el rechazo al de fuera, a lo desconocido, no son el núcleo principal del problema de la inmigración en las islas. En mi opinión, el verdadero problema radica en el sentimiento que se está extendiendo sobre gran parte de la sociedad de Canarias de miedo y rechazo a una inmigración mal gestionada y que está dejando en la calle a decenas de personas que tienen que buscarse la vida para sobrevivir, atrapadas como están en estas islas.
Se quiera ver o no se están produciendo en las últimas semanas capítulos de robos, saqueos, peleas... que derivan en miedo e inseguridad y, en consecuencia, rechazo. Es el instinto de protección. Hay gente que tiene miedo a ir sola por determinadas zonas por temor a que lo asalten y otros que temen que entren a robarles a sus casas o negocios y eso, no es por racismo, ni por rechazo al inmigrante. No es que los canarios, que siempre se han caracterizado por su mentalidad y espíritu abierto con el de fuera, se hayan vuelto de repente racistas. No, no es así. Es miedo y no olvidemos el contexto en el que vivimos. Estamos en medio de una pandemia, que cada día mata gente, que ha parado nuestra economía y nos ha sumido en agujero -del que saldremos, es verdad- pero cuyo horizonte aún parece lejano. Todo suma para una psicosis creciente y que está calando sutilmente en todos los canarios, con independencia de su condición, situación económica, edad, formación o procedencia.
Un día, ese miedo va a llevar a alguien a actuar de forma impulsiva y entonces no valdrá echarse las manos a la cabeza porque todos somos conscientes de la situación, incluso aquellos a los que les corresponde tomar medidas y actuar y no lo están haciendo. Suya seráentonces la responsabilidad.
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