Fernando Clavijo no deja de conspirar. Desde que perdió la presidencia está obsesionado con una moción de censura y dedica más tiempo a maquinar que a mostrar a los canarios que su formación es una alternativa política. Ha explorado todas las posibilidades sin éxito alguno, y de nuevo, los mentideros políticos lo colocan en otra operación con el PP de Casado y Australia, que tampoco sale del bucle, Sebastián Franquis, el gran perdedor del pacto de Las Flores, Casimiro Curbelo y lo que queda de Ciudadanos.
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El insólito viaje de ayer de Pablo Casado a La Gomera para reunirse con los empresarios del sector turístico y la maledicencia de Clavijo ha disparado todos los rumores, que por ahora sólo pretenden desestabilizar el pacto de progreso, justo en un momento delicado para Canarias en el que la pandemia ha logrado destruir el tejido productivo, sin que aún sepamos cómo acabará esto.
Ese viaje de Casado a La Gomera está cargado de simbolismo, y no precisamente solidario, como ha querido transmitir el PP, sino político. El centro de todas las paranoias se centran en el mismo personaje, Casimiro Curbelo, llave de todos los pactos, y, aunque este lo niegue, algo se hablará de la situación política en Canarias y de la posibilidad de cambiar el paso de Ángel Víctor Torres y Román Rodríguez. La cuestión es por quién abogará Casado ante Curbelo, si por Clavijo o por Australia Navarro, a la que ya antepuso en las fallidas negociaciones de hace un año y que le costó el puesto a Asier Antona.
Que el PSOE de Gran Canaria esté en esta paranoia es muy verosímil. Franquis es otro de esos políticos «inquietos», por decirlo de manera suave, que manda mucho en el PSOE gracias a la todo poderosa Agrupación Juan Negrín. El secretario insular de los socialistas grancanarios tiene algunas espinas clavadas. Fracasó en su intento de abortar el pacto con Nueva Canarias en el Cabildo, y fue descubierto en su doble juego con Pedro Sánchez y Susana Díaz. Madrid y el propio Ángel Víctor, lo saben y conocen las inquietudes de Franquis, al que la Consejería de Obras Públicas se le queda corta.
Creo que a estas alturas, la posibilidad de una moción de censura a Ángel Víctor Torres es muy difícil. Las conversaciones no pasan de escaramuzas que evidencian que la oposición tiene poco que decir y hacer en una situación tan complicada como la que vive Canarias y el PSOE no pasará experimentos de alto calado cuando tiene el poder amarrado.
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