Directo Caleb Olson se corona en la prueba reina de la Transgrancanaria

Hace mucho tiempo se puso de moda el eslogan 'Dato mata relato' en la creencia de que la realidad constatada, o al menos las ... cifras que superan las pruebas más exigentes, podrían imponerse fácilmente a los bulos.

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Este viernes, el coordinador de SOS Racismo, Mikel Araguás, desmentía esta posibilidad. El dato, o solo el dato, no mata el relato. A su juicio, si lleváramos a un terraplanista al espacio para que comprobara la redondez de la tierra, seguiría afirmando que es plana, convencido de que la redondez aparente es producto de una conspiración o el efecto de alguna droga que le han suministrado. Los bulos no parten de ideas racionales, sino emocionales.

Siendo así, luchar contra la mentira y las noticias falsas se antoja harto difícil. Máxime cuando estamos en un bucle en el que lo viral se convierte en verdad por el simple hecho se ser viral: si lo ha visto tanta gente, debe ser cierto.

Cuando España eligió a Chikilicuatre para Eurovisión el amplio consenso fue era una espléndida ironía que representaba el espíritu crítico y jocoso del país. Hoy un personaje similar puede ser presidente de un país, y buena parte no vería al ditirambo, sino al líder clarividente que les guiará a un destino seguro.

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Lamentablemente, aunque contamos con medios para superar la simplonería con la que nacemos, cada vez cuesta más hacerla efectiva, habida cuenta del estado de derribo del sistema educativo, convertido hoy en poco menos que una fábrica de mano de obra barata. Los seres humanos no somos racionales, sino potencialmente racionales, un matiz importante que se pasa por alto con demasiada frecuencia.

Particularmente en los medios de comunicación, donde ya es doctrina ponerle el micrófono a quien nos crucemos por la calle para hacernos virales con las burradas que dice el iluminado intelectual.

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