La igualdad que no llega

El estudio analiza varios ámbitos: trabajo, conocimiento, uso del tiempo y el acceso a las posiciones de poder. Y, aunque en no todas ocupamos esa cuarta posición, es decir, hay camino por recorrer, en general podemos estar medianamente satisfechas con lo logrado. Y digo medianamente porque, lejos de que exista una conciencia general de que debemos tener las mismas oportunidades, debemos seguir luchando a cara de perro por cada metro de igualdad.

Por ejemplo, el mismo informe señala que las labores del cuidado no remunerado, el «informal», sigue cayendo mayoritariamente del lado de las mujeres. Aún así, indica, se han reducido las diferencias. La mala noticia es que no es porque los hombres estén arrimando el hombro, sino porque las mujeres están asumiendo menos tareas bien porque trabajan y acuden a servios externos, bien por el uso de las nuevas tecnologías o simplemente porque han decidido bajar los brazos.

El propio informe recoge una cita de la premio Nobel de Economía, Claudia Goldin, que dijo que «nunca vamos a tener igualdad de género si no tenemos también equidad en la pareja». Es ahí donde las mujeres podrían hacer más por sí mismas. En un momento histórico en el que, según señala la socióloga Eva Illouz, «la sexualidad y el amor son ahora el terreno por excelencia para reproducir el capitalismo de consumo», las mujeres debieran pedir que la «mercancía» cumpla también con las tareas domésticas y los cuidados. Al menos en el 50%.