Borrar

Ahora Ángel Víctor Torres sufre los mismos sinsabores que por último le ha tocado a Román Rodríguez y Antonio Morales. Intentan truncar su investidura a la Presidencia activando el mismo ventilador (la máquina del fango que diría Umberto Eco) que antes conoció Morales y que sorteó porque, a fin de cuentas, ganó las elecciones. En este duro trance Torres mirará quién está a su lado en una defensa activa o simplemente mira hacia otro lado. Y esto le vale tanto para hacerse una lista mental de nombres como para valorar si los apoyos internos que recibe son igual o dispares en función de si hablamos de una isla u otra.

Atacan a Torres porque temen que sea presidente y lidere una coalición de progreso. Pero no solo es eso. Hay algo más que es de carácter estructural que ya se vio venir durante la legislatura pero que se ha ido acentuando: ATI no permite que Gran Canaria tenga criterio y autonomía política. Porque para el ‘clavijismo’ es más sencillo desenvolverse con la otra isla capitalina supeditada que opere a modo de un satélite más donde ATI campe a sus anchas y si acaso controle las instituciones grancanarias por dictados partidistas que vengan desde Madrid a cambio de los dos escaños de CC para lo que se tercie. Por eso a Morales lo apuntaron desde el primer momento y fueron a por él: porque le temían.

En el multipartidismo vigente, en el que el bipartidismo ni está ni se le espera, no puedes observar a los partidos afines ideológicamente en la misma bancada como adversarios porque entonces le estás haciendo el juego a tu principal enemigo que se alegra porque ve materializado el lema del divide y vencerás. Unos lo ven, como Torres, y otros no. En cualquier caso, la ciudadanía no comparte posiciones públicas antinaturales a cuenta de hipotéticas alianzas locales y mociones de censura que mezclen orillas ideológicas diferentes. Lo suyo es que las izquierdas estén con las izquierdas y las derechas con las derechas. De no ser así, Rodríguez y NC no tardarán en agitar otras operaciones o la misma reunificación del nacionalismo canario.

Los que en estos momentos se solidarizan o defienden a Torres porque sostienen que, en el fondo, la denuncia que recibe es una manera de intentar acabar con sus opciones presidenciales y desplazarlo de la política, harían bien incluso en ir más allá y sopesar si la metralla contra Torres tendrá algo que ver por ser similar con la que recibieron Rodríguez y Morales. Quizá así entiendan que la partida de ajedrez es más compleja de lo que en primera instancia se observa desde fuera. Aunque a estas alturas Torres comenzará a empatizar con Rodríguez y Morales. Cuando en vez de hacer lo más sencillo (que las izquierdas pacten entre sí) y asoman fórmulas enrevesadas de mezcolanzas que la izquierda social no entiende por aquello de satisfacer otros intereses, ocurren este tipo de cosas que carcomen las expectativas de futuro. Cuando disparan a Torres lo hacen al PSOE y, no siendo menos, a la luz de este mandato, los disparos a Rodríguez y Morales tampoco le eran ajenos.

Rafael Álvarez Gil

Sigues a Rafael Álvarez Gil. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Los disparos a Torres