El valor del diálogo en tiempos de polarización

Por eso, desde el Ayuntamiento promovemos proyectos que fomenten la empatía, el entendimiento y el intercambio de experiencias entre las personas, como el programa 'Cita entre generaciones'.

Hace unos días, jóvenes de 1º de la ESO del IES San Bartolomé y mayores que participan en los Paseos Saludables compartieron una mañana diferente, un desayuno sin prisas para ponerse al día porque, aunque haya décadas de diferencia, los sentimientos y la empatía por el bienestar de las personas que nos rodean, nos mueven.

Puede parecer algo sencillo, pero este tipo de actividades son un ejemplo poderoso de cómo el diálogo puede tender puentes. Jóvenes y mayores, a pesar de la distancia generacional, descubrieron que tienen mucho que aprender unos de otros. Compartieron vivencias, desmitificaron ideas preconcebidas y, sobre todo, se escucharon.

Estos encuentros son un ejemplo de que, si queremos construir una sociedad más justa, solidaria y sin prejuicios, debemos empezar por sentarnos a conversar. El simple hecho de escuchar con atención nos recuerda que cada persona tiene algo valioso que aportar.

En el Ayuntamiento de San Bartolomé creemos firmemente en esta filosofía. Por ello, queremos ir más allá de lo que ya estamos haciendo. Nos planteamos un desafío mayor: integrar a los niños y niñas inmigrantes no acompañados que llegan a Lanzarote, muchos de ellos en situaciones de enorme vulnerabilidad. Estos menores, que están ahora en procesos de acogida, necesitan algo más que un techo y comida. Necesitan sentirse parte de una comunidad.

Nuestro objetivo es garantizar que puedan crecer en un entorno que les ofrezca no solo refugio, sino también oportunidades de formación, desarrollo y prosperidad. Queremos que encuentren en San Bartolomé un lugar donde puedan soñar con un futuro mejor, donde se sientan aceptados y valorados como parte de nuestra comunidad.

El diálogo y la escucha serán también la base de este proyecto. Solo acercándonos a sus historias, conociendo sus necesidades y reconociendo su humanidad podremos ofrecerles las herramientas que necesitan para salir adelante.

Y no cabe duda de que la infancia, esta etapa de la vida tan rica como frágil, debe cuidarse. El pasado 30 de enero, la comunidad educativa de nuestro municipio salió a la calle para pedir un mundo sin guerra, para que las niñas y los niños del mundo tengan la oportunidad de crecer sin miedo, felices y que su historia se pueda escribir con lápices de colores, no con restos de pólvora ni de polvo de los conflictos armados.

Un mensaje claro en el Día Escolar de la No Violencia y la Paz enlaza perfectamente con este artículo dedicado a la necesidad de la escucha y el diálogo para vivir en igualdad de oportunidades.

San Bartolomé quiere ser un ejemplo de convivencia y solidaridad, no solo para nuestra isla, sino para el mundo. Ojalá nunca dejemos de vernos con la mirada de un niño ni de escucharnos con la atención y paciencia de nuestros mayores.