Más hojas de cálculo

El avance en la igualdad entre hombres y mujeres es tan lento como frágil. Así lo reconocía el último informe de la UE y advertía que la pandemia ha afectado «desproporcionadamente» más a las mujeres que a los hombres en todos los órdenes de la vida.

Ahora lo corrobora el 'Global Gender Gap Report 2021' del World Economic Forum. España, en igualdad, pasa del puesto numero 8 al 14, un retroceso intolerable. Máxime si se tiene en cuenta que nuestros vecinos también caen, pero un solo puesto, como Alemania (del 10 al 11) o Francia (del 15 al 16), y otros, como Portugal, suben hasta 13 posiciones (de la 35 a la 22).

Que España es feminista es tan mito como que de esta íbamos a salir mejores. Tampoco Europa. Ahí está el caso de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen en la visita a Turquía. Lo llamamos «feo» o «incidente» y no «flagrante discriminación hacia una mujer» no solo por parte del presidente turco, allá él con su misoginia, sino del mismo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, por no ceder su puesto.

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Cabría pensar que las mujeres, el feminismo, nos hemos ido dando ánimos con victorias simbólicas, como lograr una ley cuyo incumplimiento no acarrea sanciones, o montar una huelga y grandes manifestaciones que no se trasladan a la negociación de los salarios o al reparto del trabajo. Mientras, lo material, sigue estancado. Si la pobreza y la precariedad tienen rostro de mujer ¿a quien beneficiará más el ingreso mínimo vital -que no avanza- o la subida del sueldo mínimo -que se aparcó-? Si las mujeres tienen una mayor esperanza de vida ¿a quién beneficiará más que el sistema de dependencia funcione de forma decente? Quizás sea hora de salir a la arena política no solo armadas con libros de filosofía, sino unas cuantas hojas de cálculo.