Directo Caleb Olson se corona en la prueba reina de la Transgrancanaria

Siempre presto para resolverte una consulta sobre historia, para aportarte una foto de las de antes o para completar la información con una de sus ... declaraciones. Y así 40 años, sin cobrar un sueldo por un servicio público no todo lo reconocido que se debiera. Esa ha sido la labor desinteresada de quien ya es un referente entre los cronistas oficiales de los municipios de Gran Canaria, Antonio González Padrón.

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El cronista de Telde está de enhorabuena. Cumple en 2025 cuatro décadas de dedicación, investigación y divulgación de la historia y la intrahistoria de este municipio, que, a su vez, ha tratado de honrarlo con una distinción tan merecida como la de Hijo Predilecto.

Este aniversario, aparte de una ocasión inmejorable para, una vez más, darle las gracias, se me antoja una oportunidad única para reivindicar una figura que, al contrario de lo que cabría pensar, es más necesaria que nunca. Porque no, no toda la historia de los pueblos está en Internet ni en los grandes libros.

Y es que un cronista no solo bebe de los archivos. Se nutre, y mucho, de las historias de vida de sus vecinos, las ligadas a estirpes familiares, a costumbres, a oficios, a colectivos, a tradiciones... Ve los árboles, uno a uno, donde otros solo son capaces de identificar un bosque. Y subraya con la tinta del reconocimiento aquellas líneas de la historia de los pueblos que se escriben lejos del Ayuntamiento, de los juzgados o de las grandes empresas. Le ponen luz a la historia del vecino de a pie.

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Lo triste es que los cronistas van camino de la extinción. No hay relevo. Su ausencia enmudece el pasado chico de las calles y de sus casas. Y con ese silencio, los pueblos pierden parte de sus raíces.

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