Frente a Vox, unidad

La perplejidad no acaba nunca en España. Cada día mueren muchos españoles, ingresan en los hospitales y se contagian a miles. Cierran ciudades y todos los pronósticos apuntan a un empeoramiento de la pandemia y con ella de la economía, pero la España política se dedica a la absurda tarea de debatir una moción de censura que sólo quería dividir, aún más, a este país.

No es de recibo que un pastiche como Abascal protagonice la escena política y ocupe el centro del debate en una situación tan grave como la que vivimos. Loas indirectas al franquismo, elogios a Donal Trump, negacionismo climático, discurso antigualdad, antieuropeismo... constituyeron el grueso de un discurso que nos retrotrae a épocas de miedo y oscurantismo en una sociedad abierta como la que hemos construido.

Si hay que elegir vencedor de un debate, en el que todos hemos perdido, y en estas circunstancias, el triunfo fue del bloque gubernamental que ya puede señalar abiertamente en su discurso quién es la ultraderecha y qué quiere para España. Frente al bloque frankenstein ¿qué no espera con la derecha? La larga mano de populismo ultraconservador que recorre y estremece a parte del mundo desde hace algún tiempo.

Los demócratas, y el Gobierno de Sánchez el primero, debemos cuidar la respuesta a Vox. La polarización, en la que también están interesados el PSOE y Podemos para permanecer en el poder, no es la salida. La crisis sanitaria y económica es el caldo de cultivo para que los mensajes populistas de Vox tengan respuesta de un electorado frustrado por la gestión de la pandemia y por el descrédito creciente de la clase política; y para que la izquierda y el nacionalismo se atrincheren en sus posiciones.

Hizo bien Casado en votar en contra. Romper con Vox, aunque tarde, ha afianzado el papel de la derecha española, que debe seguir dentro del marco constitucional y de la socialdemocracia; y lo haría mucho mejor si se empeñara en llegar a acuerdos con el PSOE para afrontar la más grave crisis que vive este país desde la Guerra Civil.

Ahora bien, lo que ha hecho Casado es también exigible a la izquierda, encantada con azuzar a Vox para radicalizar la situación. España necesita todo lo contrario: diálogo y acuerdos que den respuesta a esta grave situación.