Directo Caleb Olson se corona en la prueba reina de la Transgrancanaria

El salón de actos de esta casa fue escenario el pasado martes de un foro organizado por Banco Santander en torno a los retos del ... negocio turístico, que es como hablar del corazón, los pulmones, los riñones, el hígado y, ya puestos, el páncreas de la economía canaria. Lo digo porque si uno de esos órganos falla, el cuerpo entero languidece. No hay más que ver lo que pasó en pandemia, cuando el cierre de fronteras nos dejó sin un solo turista y sobrevivimos gracias a que se articularon los expedientes de regulación temporal de empleo y se fue especialmente sensible con la dependencia del archipiélago de la actividad alojativa.

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Más que de retos, en el foro se habló de la defensa del turismo. Hubo un tiempo en que dábamos por hecho el reconocimiento al turismo como benefactor del desarrollo socioeconómico pero ese tiempo pasó. Creo que el propio sector turístico debería hacer una reflexión en torno a ese cambio, pues algo de responsabilidad tiene sobre su incapacidad a la hora de trasladar al conjunto de la ciudadanía todo lo bueno que ha dejado a lo largo de casi siete décadas en el archipiélago. ¿Ha habido errores? Por supuesto. El único que no se equivoca es el que no hace nada y no ha sido el caso del turismo, que sí ha hecho mucho, con un balance entre aciertos y errores muy favorable al primero de esos dos platillos.

Como los tiempos son atropellados y se nos olvida lo que pasó ayer mismo, conviene recuperar dos hitos de la pandemia que ayudan a tener presente la relevancia del turismo. El covid entró en España por Canarias, donde se registró el primer caso, y lo hizo precisamente con un turista alemán en La Gomera. Y el primer episodio de confinamiento colectivo tuvo lugar también las islas, con el hotel de Adeje cerrado a cal y canto con su clientela y sus trabajadores dentro. Pese al impacto nacional e internacional que tuvieron ambos episodios, Canarias recuperó su buen nombre turístico y cinco años después de aquello, acabamos de cerrar 2024 con otro récord de visitantes y de volumen de negocio.

Pero hay más: en aquella pandemia el turismo también ofreció una solución a otro episodio crítico, como fue la falta de plazas donde alojar a los inmigrantes irregulares. Fueron criticadas -y me incluyo entre ellos- las acogidas de migrantes en complejos turísticos que estaban cerrados, pero eso ayudó a aliviar el polvorín existencial en que se había convertido el muelle de Arguineguín.

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Si algo no va bien en Canarias, y hay muchas cosas, no culpemos al turismo de todo.

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