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Un ministro dicharachero. Óscar Puente llamó la atención con su discurso en el Congreso respondiendo a Alberto Núñez Feijóo en el debate de investidura del ... presidente del Partido Popular. Pedro Sánchez optó en aquella sesión por darle el protagonismo al exalcalde de Valladolid y como sorpresa desde luego que lo fue. Otra cosa es si había necesidad de incendiar el pleno con una proclama más propia de un mitin que de una sesión de tanta relevancia. Supongo que aquellos méritos (si es lo que fueron) pesaron en la decisión de hacerlo ministro de Transportes. Desde que asumió la cartera, Puente va regando cada intervención de frases para la polémica. Se ve que al hombre le gusta pero ese afán por llamar la atención tiene todos los boletos para ser un problema para el Gobierno, para el PSOE y finalmente para el propio Sánchez. Este fin de semana se ha descolgado con una frase dando por hecho que hay 'lawfare', lo que contradice el esfuerzo el PSOE por desmarcarse de esa acusación lanzada por los independentistas catalanes. Alguien debería decirle al ministro que eso de que torres más altas han caído, también se puede aplicar a los puentes...
Gamarra deja la portavocía. El líder del PP ya avanzó el sábado que Cuca Gamarra no continuará como portavoz en el Congreso. La excusa es que así podrá dedicarse con intensidad a las tareas de la secretaría general del partido. Insisto: tiene bastante de excusa. Feijóo prepara una remodelación de su equipo porque es evidente que necesita mayor coordinación y que alguien tiene que pagar dos fracasos: el de no tener mayoría suficiente para gobernar y el desacuerdo con Vox que les dejó sin la presidencia del Congreso. En todo caso, Gamarra lleva viviendo de prestado en la portavocía en el Congreso demasiado tiempo. Lo fue con Pablo Casado y ella estaba entre quienes aplaudieron las pesquisas del entonces presidente sobre Díaz Ayuso y los negocios de su familia. Ahí cavó Gamarra su tumba política.
Los espacios en el pacto. El presidente de Canarias afirma que el voto favorable de CC a la investidura de Pedro Sánchez no puede ser interpretado como una deslealtad al pacto con el PP en las islas. Y puede que así sea, pero lo cierto es que no se ve a los populares muy afectados. Desde la llegada al Gobierno, algunos en el propio PP tienen la sensación de que su partido se ha desdibujado ligeramente y se le 'oye poco'. De ser así, el error es mayúsculo: si algo sabe hacer CC es ocupar el espacio de otros.
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