El cónclave del pasado lunes entre el Gobierno canario y el central para la derivación urgente de unos 4.000 de los más de 5. ... 000 menores inmigrantes no acompañados que atiende el archipiélago en la actualidad acabó sin fumata blanca. El humo que salió de la chimenea ministerial tiene el tono gris oscuro de una negociación que siempre se alarga, donde todo son buenas palabras de Madrid, pero sin avances concretos.

Publicidad

Quizás es que hace falta buscar una mediación internacional. Ya puestos, igual el salvadoreño que hace de puente entre el PSOE y Junts podía echar una mano haciendo unas horas extras. El hombre se ha ganado hasta la fecha el sueldo obrando el milagro de la ley de amnistía, el voto favorable de Junts al decreto ómnibus tras el rechazo inicial e incluso algo que parecía impensable, como es el acuerdo con el PSOE para la delegación de competencias en materia migratoria a Cataluña.

Vale la pena detenerse en esto último porque tiene mucha relación con el asunto canario. Para aliviar la emergencia de las islas en la acogida todo son demoras de Madrid con la excusa de que hace falta un informe jurídico que se ve que se lo han pedido al abogado más lento del planeta, pero para estampar la firma en un documento que afecta a una competencia estatal como es la inmigración y abrir la puerta a 17 políticas sobre esa materia en un mismo país, todo fueron prisas. Es más, a Sánchez no le importó desautorizar al ministro Grande-Marlaska, que hasta anteayer decía que era inviable jurídicamente lo mismo que ahora el PSOE -por exigencia de Junts- dice que es posible, legal e incluso sano para fortalecer la democracia.

Clavijo volvió de Madrid con la mochila cargada de buenas palabras. Esas que no pesan en el embarque en el vuelo de vuelta y que Madrid evapora al abrir el equipaje. Lo que de verdad importa es que haya palabras impresas en el Boletín Oficial del Estado o en el registro del Congreso de los Diputados. Ahí sí vemos la huella de Junts, del PNV, de Esquerra y hasta de Bildu. Para el Gobierno de Sánchez, lo de Canarias debe ser que está escrito con esa tinta invisible que dicen que utilizaban los espías y que era legible al trasluz, porque de otra forma no se explica.

Publicidad

De las palabras hay que pasar a los hechos. Más de 4.000 menores inmigrantes no acompañados llegaron aquí pensando que lo hacían a España y, por extensión, a Europa, pero en alguien en Madrid y en Bruselas se empeña en que el mensaje sea que Canarias es una especie de tercer país hasta que sean adultos. Y ya basta.

Este contenido es exclusivo para registrados

Regístrate de forma gratuita

Publicidad