Dos apuntes para cerrar la semana

Para Noemí Santana, diputada nacional de Podemos en la actualidad, el nombramiento de Conrado Domínguez al frente del Servicio Canario de la Salud no fue de su agrado, pero no consta que por ello se marchase del Gobierno. Lo digo porque el nombramiento fue al Consejo de Gobierno.

Tampoco consta que Santana dimitiese cuando Domínguez siguió al frente del SCS pese a que todo el Gobierno se había enterado del caso Mascarillas por la prensa, que es la tesis defendida por el Ejecutivo del Pacto de las Flores en pleno. Y tampoco consta que Santana dejase el cargo cuando, meses después, también se conoció un presunto caso de corrupción en el ámbito de la gestión de centros de menores, donde su departamento tenía una responsabilidad fiscalizadora.

En cuanto al otro compareciente, no hubo sorpresas: a Sebastián Franquis le pareció bien nombrar a Domínguez y también creyó oportuno este viernes seguir defendiendo la gestión que hizo. Se ve que no le duelen los cuatro millones pagados a RR7 por un material que nunca llegó... claro que si tampoco le duelen los millones que ha tenido que aflojar la Comunidad Autónoma tras el desaguisado de la licitación del cierre del anillo insular de Tenerife, un expediente por donde pasó Conrado Domínguez cuando estuvo en Obras Públicas con el propio Franquis al frente, pues se entiende mejor su posición.

Y puestos a hablar de la comisión de investigación, sorprende a estas alturas encontrarse con algunos diputados que no han hecho los deberes, esto es, leerse los expedientes. O la prensa, esa que ayudó al Pacto de las Flores a enterarse de que le escamoteaban unos millones.

Silencio en Defensa. Alguien debió decirle a la ministra Margarita Robles que se pusiera de perfil en el debate sobre el incremento del gasto militar. Quizás porque hasta la fecha cada una de sus intervenciones solo servía para encrespar los ánimos de sus compañeros ministros de Sumar y también de los partidos a la izquierda del PSOE y los nacionalistas que hicieron posible la investidura. Pero ese tiempo de protagonismo de bajo perfil se le está acabando, como también la benevolencia de la oposición. Robles tiene mucho que decir y es tiempo de ser valiente, es que lo menos que se le exige a quien asume una cartera de Estado como la suya.