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No quiero parecer demagógico pero es que la realidad se impone. Según los últimos recuentos, en una semana llegaron a Canarias unos 400 menores de ... edad. Lo hicieron en cayucos y pateras en los que había unos 2.000 adultos, pero con estos hay -¡menos mal!- unos protocolos que nadie cuestiona y unas derivaciones que funcionan de manera periódica.
Supongamos ahora que si en lugar de Canarias, el punto de llegada hubiese sido otro: Madrid, por ejemplo; Barcelona, quizás; Valencia, tal vez... A fin de cuentas puede suceder en cualquier lugar. No es cuestión de ser territorio rodeado de mar. Llegará un día en que alguna mafia, igual que 'fleta' cayucos, se hará con un avión, lo llenará de niños y niñas y partirá rumbo a un aeropuerto internacional... Es más, acabo deseando que así suceda y que sean Isabel Díaz Ayuso, Salvador Illa o el valenciano Mazón quienes se encuentren con la papeleta de ver cómo atienden dignamente a los menores migrantes no acompañados. Todo ello teniendo en cuenta que hablamos de autonomías con más recursos -al menos a tenor de sus cuentas públicas-, pero todas ellas se han puesto de perfil cuando es Canarias la puerta de entrada.
Otro tanto cabe decir de los ministerios. En esa semana en cuestión, no se han trasladado con urgencia a las islas ni la ministra competente en materia de infancia, ni el responsable de Política Territorial (canario, por más señas), ni el de Interior, ni la de Defensa (a la que sobran recursos inmobiliarios y humanos para echar una mano, pero que cuando lo hace es para 'donar' edificios en ruinas)... de las vicepresidentas, ni hablamos porque ni están ni se las espera. ¿Y el presidente? Pues ya lo vimos en sus vacaciones: tuvo tiempo para acercarse a un mercadillo, compartir unas horas con su compañero de filas Salvador Illa, y poco más. ¡Ah! sí; se inventó un viaje a La Palma todavía no sabemos por qué -o sí lo sabemos, porque fue a ver la casa de Saavedra (qepd)- pero no dedicó un segundo a sentarse con alcaldes, cabildos y las consejerías que, junto a diversas entidades privadas, trabajan a destajo para atender a los menores.
En cuanto a la negociación entre PSOE, PP y CC para ver cómo se reforma la legislación y se garantizan derivaciones efectivas de menores cuando una autonomía está desbordada, tan solo una pregunta: ¿qué más hace falta para que unos y otros hagan un ejercicio de responsabilidad y se sienten hoy mismo?
Clama al cielo tanta desidia e irresponsabilidad.
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