Cumpleaños

Este miércoles, el diputado de CC José Miguel Barragán se adelantó en el Parlamento a las felicitaciones y dejó constancia en el Diario de Sesiones de la suya a Torres por su cumpleaños, un gesto que igual hay que interpretar como un signo de fraternidad de cara a mayo, cuando se abran las urnas y haya que hacer números a ver qué combinación suma más de 35 escaños y con qué aliados en la operación.

Respecto a la censura, ha llovido mucho de aquella iniciativa. El tiempo cerró heridas, empezando por las personales, y la prueba de ello fue el detalle del propio Saavedra hace unos meses, cuando reunió a quienes habían estado en consejos de gobierno bajo su mandato y contó con el propio Hermoso en el encuentro.

Para ser justos, cuando la censura CC no existía como tal. Es más, había un conglomerado de partidos y de hombres y mujeres entre los que algunos hasta le tenían algo de alergia al término nacionalista, que entonces se identificaba casi en exclusiva con el PNV y CiU.

La combinación de partidos de ámbito insular con personas que procedían unos de la izquierda, otros de movimientos de base cristiana y también herederos de UCD que a su vez eran algo así como albaceas del tardofranquismo dio como resultado una amalgama que tuvo un cemento inmejorable: el poder. Porque así fue: CC se construyó de arriba hacia abajo. En paralelo es incuestionable el mérito de extenderse por todas las islas y dotarse de estructuras insulares y locales, lo que le ha permitido resistir mejor de lo que se pensaba en esta legislatura.

Dicho todo eso, recomiendo la lectura del artículo que publica hoy en este periódico el presidente de honor del Partido Nacionalista Canario Juan-Manuel García Ramos. Lo escribe desde la experiencia de quien sí era nacionalista entonces y lo sigue siendo ahora; lo hace desde la comodidad que da no deberle nada a nadie y no esperar nada de nadie, y lo hace desde la convicción de que hay cosas mejorables.

En cuanto al otro cumpleaños, pues lo que toca: felicidades.