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En breve se cumplirán dos meses de la última edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) y en los inmensos pasillos del recinto madrileño ... se habló y se comentó lo que están sufriendo las aerolíneas por los retrasos continuos del Gobierno central en el abono de la subvención para el descuento de residentes. Se ve que comentarlo y hacerlo llegar a las autoridades no fue suficiente porque, pasadas las semanas, el problema sigue igual, la deuda no para de crecer y el estrangulamiento empresarial es incuestionable.
Esta semana la Asociación de Líneas Aéreas tuvo que romper la discreción de la que ha hecho norma para salir a la palestra y poner altavoz a lo que entonces había sido una protesta más bien sorda. Y lo hace porque las compañías ven cómo el tiempo pasa y el problema no solo no se resuelve, sino que crece la deuda.
Desde el Ministerio de Óscar Puente todo son paños calientes y excusas. Que si en lugar de 1.000 millones son 300, que si el origen de todo es que no hay Presupuestos Generales del Estado y todo es una consecuencia perversa de las prórrogas de los mismos... pero ni lo uno ni lo otro son culpa de las aerolíneas. Y es obligado preguntarse qué espaldas financieras son capaces de aguantar durante meses el retraso en pagos millonarios. Es por eso que las aerolíneas hacen bien, en un ejercicio de transparencia, en advertir de lo que puede suceder: el cierre de conexiones por la incapacidad de seguir poniendo la otra mejilla para recibir la bofetada de la demora en el abono.
En este asunto subyace una nefasta gestión política y hay también dos elementos que precisan una reflexión de contenido más político. El primero es que si la deuda fuese con el descuento de residentes a ciudadanos catalanes o vascos, seguramente ya estaría resuelto. Es más, igual ni se habría generado la demora en el abono. No veo yo a Puigdemont o a Aitor Esteban esperando tranquilitos a que Cataluña o Euskadi sufrieran la pérdida de conexiones aéreas. Y el segundo es el regreso de esa sensación de que en los despachos ministeriales hay altos funcionarios y asesores empeñados en liquidar el descuento de residentes. En la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia ya hay un corpus ideológico que alimenta esa tesis, pero sin que sean capaces de poner una alternativa plausible. Porque todo es mejorable; otra cosa es que todo sea suprimible y sin arreglo alguno.
Abónese ya, por tanto, lo que se debe y fíjense mecanismos para impedir que la deuda vuelva a generarse. Es un derecho.
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