¿Qué nos espera?
La arista ·
El coronavirus ha removido los cimientos de la civilización en la que hemos vivido en relativa pazSecciones
Servicios
Destacamos
La arista ·
El coronavirus ha removido los cimientos de la civilización en la que hemos vivido en relativa pazLa mitología, la historia y hasta la ciencia narran un sinfín de catástrofes y guerras que han cambiado la forma de vida de los hombres en la tierra para dar paso a nuevos ciclos; unos, prolongados y oscuros, y otros rápidos y luminosos, pero todos con el denominador común de la muerte y la pobreza de los que sobreviven.
El coronavirus formará parte de la historia como la primera pandemia globalizada, como la catástrofe de la era digital que también cambió la vida. El coronavirus ha removido los cimientos de la civilización en la que hemos vivido en relativa paz y dará paso a un mundo en el que el primer actor seguirá siendo una nueva economía.
Quién más y mejor se mueve en medio de la catástrofe es la ultraderecha y la derecha, en la subyace la idea de selección natural. El desconcierto y la debilidad serán la tónica de las relaciones de poder que darán paso a los abusos y a la unilateralidad. Es el momento de la parálisis en lo seguro, de los tecnócratas en las empresas, gobiernos y la política. Es ya un hecho posible que las democracias se debilitan. Si ya los discursos políticos venían cargados de emociones, la era del coronavirus dispara la demagogia y manipulación.
Son tiempos de debilidad en todos los niveles de la vida. Las crisis siempre afecta más a los más débiles. Ahí están los rostros de quienes están sufriendo esta crisis, que sólo ha comenzado. Aún no conocemos, no podemos, saber su verdadera dimensión.
Nadie sabe cómo será su vida mañana, aunque la imaginación dibuja los peores escenarios, el primero el de una UCI, el del Erte, el paro, la pobreza, la calle y el abandono. Yo no se trata de que los planes queden aplazados. Han muerto para dar paso a la supervivencia desgarradora. La clase media tampoco podrá aguantar mucho tiempo más, por lo que iremos a una sociedad más lineal, con clases populares mucho más amplias y menos privilegiados, una sociedad que verá cómo se incrementa el poder del Estado en sus vidas.
Pero el libre mercado no responde en estas circunstancias y los que pensaban que esto sería un paseo triunfal en medio del caos no se han podido sustraer a los requerimientos de la salud, el bienestar o, incluso a nuestra relación con el planeta. Ya no se trata de que desaparezca el dinero en metálico, de que se acelere la robotización, de que lo digital lo ocupe todo, de que el teletrabajo triunfe; se trata de un cambio sustancial en el que habrá que cuidar algunas de las conquistas históricas para que la solidaridad triunfe frente al descarnado.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.