Egos en cautividad

El ego es un globo muy voluble que se hincha y desinfla con increíble rapidez gracias al aire que inyecta nuestro entorno. Te dicen que eres el mejor y sales a la calle cubierto de un escudo a prueba de bomba, el mismo disfraz de Superman que pierdes en milésimas de segundo cuando te devuelven a la realidad de un sonoro bofetón. Quizás por eso, hacer listas electorales al estilo PP sea un buen antídoto frente a rebeliones internas: anuncias de la noche a la mañana a los cabezas de lista y los afectados no tienen ni tiempo para volar por libre. El ego queda prisionero de la férrea disciplina de Génova.

El sistema aquí te pillo, aquí te mato carece evidentemente de un mínimo tinte democrático. Frente a la tendencia generalizada de dejar que los militantes elijan a sus líderes en primarias, el partido conservador lleva a gala un modelo que en Canarias también tiene larga tradición. Lo usó José Miguel Bravo de Laguna en su etapa como líder del PP regional y lo perfeccionó José Manuel Soria durante su largo ciclo de hegemonía entre los populares canarios.

La fórmula rizó el rizo para las elecciones autonómicas de 2015, cuando Soria -ya entonces de capa caída- se sacó de la chistera la candidatura a la Presidencia del Gobierno para María Australia Navarro, al Cabildo grancanario para Mercedes Roldós y al Ayuntamiento de la capital para José Juan Cardona. Dejó en la cuneta el ego de Asier Antona, de Bravo de Laguna y de Pepa Luzardo, todos aspirantes que ni pudieron entrever el pinchazo del globo.

Los datos vinieron a demostrar que el experimento no funcionó. El PP venció en su más fértil granero de votos, pero no por mayoría absoluta y el pacto entre los partidos de izquierda mandó a los conservadores a la oposición en Gran Canaria. Esa derrota aún escuece, tanto que los conservadores tienen claro que recuperar el poder en la isla es el principal objetivo para los comicios autonómicos de 2019.

Ese es el primordial reto de Antona y seguramente su mayor quebradero de cabeza, porque la elección de los candidatos marcará en gran parte los resultados. El líder regional del PP intentará retrasar al máximo la apertura de esa caja de Pandora, alargar el cautiverio de los egos, porque mientras estén atados bajo el peso de la duda, nadie moverá un dedo. ¿Y después? Pues amén todo el mundo y a tirar del carro a regañadientes. Es marca de la casa. En el PP nadie va por libre.