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Vestigio del antiguo Templo de Jerusalén, y lugar más sagrado para el judaísmo, el mundialmente conocido Muro de las Lamentaciones empieza a recibir ese nombre ... casi desde el momento en que las legiones del emperador Vespasiano destruyen el Templo, allá por el año 70 d.C., durante la primera guerra judeo-romana. Dejando intencionadamente en pie sólo una parte de la muralla, para que los judíos recordaran, con amargura y tristeza, por los siglos de los siglos, la derrota infligida por Roma.
Casi 2.000 años después, la voz del lamento, el sonido del llanto, el gesto del grito y la espiral de violencia, siguen siendo moneda de cambio entre comunidades, pueblos y países que se asientan en otra de las, por desgracia, regiones más inestables e inseguras del orbe: Oriente Próximo. Ahora sumergida de nuevo en la barbarie, crueldad, caos, muerte y destrucción, en el marco del enésimo conflicto bélico entre Hamás y milicias afines, e Israel.
Con el 'efecto mariposa' como referencia de las teorías físicas para la descripción de fenómenos en sistemas caóticos, el inesperado ataque e invasión de Hamás a Israel aleteó, cual mariposa y en las primeras horas del desconcierto, hacia la histórica y turística ciudad de Alejandría, en Egipto. Maravilla de la Antigüedad donde un policía (egipcio) asesinó a dos turistas (israelitas). Muy probablemente, espoleado el agente del orden por las tesis, pensamientos y actuaciones de sus 'hermanos' milicianos de la franja de Gaza.
Histórica Alejandría. Milenario Egipto. Policía acaba con la vida de dos turistas. Cual telegrama de antaño, tweet del momento, la noticia llama la atención y alerta, sobremanera, al sector turístico y a sus profesionales, clientes y usuarios.
De Gaza e Israel, a Egipto. Y de ahí, a Palestina, Irán, Líbano, Jordania y Turquía, entre otros actores de ese avispero internacional tan próximo. Donde Jordania, y en especial, Egipto y Turquía, pueden verse claramente impactados, en el contexto de la actividad turística internacional, con cancelaciones inmediatas de vuelos y reservas, ante el peligro y riesgos in crescendo que supone el aproximarse o permanecer en los principales núcleos turísticos vacacionales y culturales de los países de ese entorno mediterráneo.
De la Primavera Árabe (2010-2012), a un probable e inminente Invierno Árabe que, en cuestión de flujos turísticos internacionales, acabará de nuevo consolidando a nuestro archipiélago, a Canarias, como destino líder de la tradicional demanda y desbandada europea invernal. Líder que lo ha sido y debe serlo siempre, en calidad y prestaciones públicas y privadas, en continuo auto-obligado y responsable proceso de mejora y de crecimiento. Pero nunca basado en desgracias ajenas.
Ello justo en el momento en que, por motivo de la nueva realidad climática global, destinos competidores de Canarias, tradicionalmente cerrados en los meses más fríos del año, comenzaban a prolongar la actividad de su negocio turístico a lo largo, incluso, de los últimos meses del año. Desde Baleares -en óptica nacional-, hasta esos mismos Egipto o Turquía, o, incluso Jordania o Túnez.
Hasta el punto de que, por ejemplo, la aerolínea SunExpress (propiedad conjunta de Lufthansa y de Turkish Airlines) había hecho pública, recientemente, su decisión de incrementar en ¡2.000 vuelos más! la conectividad desde Alemania a Turquía en el último trimestre de este 2023, en un mix de campaña otoñal-navideña.
O hasta el punto también de que, hace escasamente un mes, Tui Alemania publicaba su ranking de los destinos más preferidos por sus clientes para la temporada de invierno a punto de arrancar. Con Hurgada (Egipto) y sus casi 40 kilómetros de costa en el Mar Rojo, liderando dicho ranking, por delante de (en este orden) Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote.
Un mercado, el alemán, que, si bien en Canarias continúa en cifras 'a la baja' en cuanto al número de pasajeros recibidos en lo que va de año, con 162.000 visitantes menos (-8%) respecto a los datos de 2019; por el contrario, sigue recuperándose con paso firme, al haber incrementado ya su presencia en el archipiélago en 200.000 turistas más (12%), en comparación con la cifra de enero a septiembre del pasado 2022.
Y con la otra derivada económica de este nuevo conflicto internacional (por cierto, que la guerra en Ucrania no ha acabado), con un más que ojo puesto en el previsible incremento en el precio del barril de crudo, y un consecuente alza en los precios de los billetes de avión.
Conectividad aérea y atractivo perenne de nuestro producto 'Islas Canarias', que nos permite cerrar el acumulado de enero a septiembre del presente año, con más de 10 millones de pasajeros internacionales llegados a nuestras islas. Un 4% superior (casi 400.000 pasajeros más) a los recibidos, en ese mismo período, en 2019, último año pre-pandémico. Y un 13,5% también superior (1.200.000 pasajeros) al mismo período del anterior año 2022.
Locomotora tractora, -laboral y económica-, la de nuestro turismo y el sector que lo representa, que avanza, en el inicio de la temporada de invierno, por raíles más que sólidos. Pero que, responsablemente, no obvia los principales desafíos sociales, económicos y ambientales, particulares y globales, que afrontan nuestras islas en estos tiempos tan extraños y convulsos que estamos viviendo.
Desafíos en forma de la ya mencionada nueva realidad climática; los antecedentes y riesgos reales de ceros energéticos; la emergencia hídrica; la paulatina desertización de nuestro territorio y la pérdida de masa forestal por voraces incendios; la actual nueva 'crisis de los cayucos'; la escasez de vivienda residencial; la complejidad del actual mercado laboral; la carestía de la cesta de la compra y costes asociados; la progresiva desaparición de la actividad agrícola, ganadera y pesquera; las dificultades e impedimentos para el desarrollo y crecimiento de nuestra industria; y las continuas trabas a convertirnos en un -más aún si cabe- gran destino turístico. Sin obviar, por supuesto, la debida atención socio-sanitaria y adecuadas prestaciones educativas a nuestra gente.
Desafíos que, o atacamos, como en Fuenteovejuna, conforme a principios de realidad, progresividad, racionalidad, proporcionalidad y contundencia. O respecto a los cuales nos seguiremos limitando (como yo en el anterior párrafo, también por los siglos de los siglos) a escribirlos en papelitos para enrollarlos e incrustarlos en nuestro propio mundo, que no muro, de las lamentaciones.
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