Tres años de convivencia en el Consejo de Ministros y algunos más de militancia compartida en el PSOE hacen que la vicepresidenta primera del Gobierno ... y número dos del partido, María Jesús Montero, siga quedándose «de piedra» ante la causa por corrupción abierta a José Luis Ábalos, quien lo fue casi todo al lado de Pedro Sánchez. «La evidencia es la que es. Pero no me lo explico», acierta a expresar la también titular de Hacienda, quien nunca atisbó ningún «indicio» ni de las supuestas irregularidades ni de la vida disoluta del ministro, que desvincula su salida del Ejecutivo de lo que ahora se ha destapado y que sí admite el «mucho» daño que el caso está haciendo a los socialistas.
Publicidad
Montero vuelve a poner «las dos manos en el fuego» por su jefe de Gabinete, Carlos Moreno, frente al intento de incriminarle del conseguidor de la trama, Víctor de Aldama, del que augura que volverá a la cárcel por el multimillonario fraude de los hidrocarburos denunciado por la Agencia Tributaria. «Nos la tiene jurada», le acusa a su vez. «La caza mayor soy yo».
Montero, la candidata ahora de Sánchez, por añadidura, para intentar desalojar al PP de la Junta andaluza, se pronuncia así en la entrevista de dos horas emitida este domingo por la noche en el programa televisivo 'Lo de Évole', una charla en el parador de Carmona (Sevilla) en la que la vicepresidenta desvela intimidades como su temprana vocación política ligada a los movimientos cristianos de izquierda -«soy creyente», confirma, reivindicando la fe como «espiritualidad»- o el amor que reinaba entre sus padres, al compás que se pronuncia sobre el devenir de la legislatura.
«Aguanto bien la presión, tengo branquias», añade la vicepresidenta, que dice sentir predilección entre sus compañeros de Gabinete por Fernando Grande-Marlaska, valora a Yolanda Díaz pese a sus diferencias con ella y sitúa a Sánchez en el top del 'ranking' de presidentes españoles por «valiente».
Publicidad
La vicepresidenta, que descarta que el jefe del Gobierno tenga en la cabeza adelantar las elecciones, echa la vista atrás para confirmar alguna de las circunstancias que rodearon la decisión de Sánchez -«El acto de honestidad política más importante» en la historia democrática, lo califica- de recluirse cinco días el pasado abril para reflexionar sobre si le compensaba seguir en el cargo tras las diligencias judiciales abiertas a su mujer. Nadie estaba al corriente del repentino anuncio y no habló con ella en los cinco días siguientes -ante lo que se muestra comprensiva-, pese a que sería precisamente ella quien habría tenido que sustituirlo constitucionalmente si hubiera renunciado.
Montero apoya que Carles Puigdemont, con el que ha negociado y con el que afirma mantener una «absoluta» discrepancia ideológica, regrese a Cataluña en virtud de la amnistía y elogia el tránsito de Bildu de amparar a ETA a transaccionar ahora políticas sociales. Y asegura que, a pesar de su abismo hoy con Sánchez, pedirá a Felipe González que participe en su campaña en Andalucía.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.