Sánchez sostiene que la DANA hace «más necesarios» los Presupuestos y pide su aprobación

El presidente del Gobierno ha asegurado que, de momento, la recepción de los grupos parlamentarios con los que este lunes se reunió el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, (todos excepto Vox por decisión propia) ha sido positivo. El primer partido de la oposición, que sigue pidiendo al Ejecutivo que declare el estado de emergencia, ya ha garantizado su apoyo al real decreto ley de medidas urgentes aprobado hoy y, según el ministro, también se mostró dispuesto a trabajar de forma conjunta en nuevas medidas. Pero las Presupuestos son harina de otro costal.

Sacar adelante unas nuevas Cuentas públicas, después de haber renunciado a presentar las de este año por la dificultad de alcanzar un entendimiento con ERC y Junts en plena refriega por los comicios catalanes del pasado mayo, daría a Sánchez cierto oxígeno político y ayudaría a su propósito de agotar una legislatura que, desde su inicio, transcurre en un clima de enorme inestabilidad, con serios problemas para sacar adelante sus iniciativas y negociaciones extenuantes del Gobierno con los grupos políticos que ni siquiera siempre dan los frutos esperados.

La crisis provocada por la dana también puede tener un gran impacto en la percepción del Gobierno, que ya arrastraba un desgaste previo por la amnistía al procés, el concierto catalán, el 'caso Koldo' o el escándalo que ha sacudido a su socio minoritario, Sumar, y provocó la dimisión de su portavoz parlamentario, Iñigo Errejón, entre acusaciones de machismo y acoso sexual. Pero, en este caso, la erosión está más repartida con el principal partido de la oposición, el otro referente de un sistema cuya eficacia ha quedado puesta en cuestión, como se evidenció en los incidentes de Paiporta, el pasado domingo, durante la visita de los Reyes, acompañados por Sánchez y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.

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En su primera comparencia con preguntas desde que el temporal y la crecida de los ríos arrasó pueblos enteros, el presidente del Gobierno trató de transmitir con una avalancha de datos sobre las intervenciones realizadas en las últimas 72 horas, que las cosas empiezan a encauzarse y que el Estado en su conjunto sí está sabiendo dar una respuesta al drama de miles y miles de personas que en algunos casos han perdido a seres queridos y muchos más todas sus propiedades. Entre otras cosas, puso en valor ya se hayan desplegado 15.000 efectivos entre miembros de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Guardia Civil.

En privado, desde el Gobierno se critica la gestión llevada a acabo por Mazón y su nula agilidad pero en público -con la excepción de la ministra de Defensa, Margarita Robles- prima la cautela. El mensaje machacón, repetido por el presidente, es que la ciudadanía demanda ahora unidad y que ya habrá tiempo para dirimir responsabilidades. Con todo, Sánchez sí defendió la propia actuación del Ejecutivo y sus distintos órganos, dando a entender que si ha habido errores o lentitud no ha sido por su parte. «»El Gobierno estuvo desde el primer minuto, desde el primer segundo, incluso antes, preparado para dar una respuesta proporcionada a la magnitud del desafío colosal«, ha sostenido.

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Frente a las críticas de socios como Podemos que le reprochan no haber tomado las riendas del asunto desde el primer día ante la «negligencia» mostrada por el presidente valenciano o la insistencia del PP en que debería activarse el estado de emergencia (lo que daría el control al Ministerio del Interior), el jefe del Ejecutivo ha apelado a razones de «unidad, de eficacia y de respeto institucional» en un Estado compuesto. «Cada minuto es oro y entrar en una sustitución de otra administración como la valenciana -ha añadido- sería restar eficacia a la gestión y respuesta de los poderes públicos».