Sánchez garantiza un sistema de financiación autonómica «más justo»

En plena revuelta territorial por el cupo catalán, aunque sin mencionar una palabra sobre el acuerdo con ERC, el presidente del Gobierno dedicó buena parte de su intervención a hablar de financiación. «Pensamos que la descentralización, que forma parte del ADN federal y autonómico de nuestro Estado compuesto, es compatible con garantizar la solidaridad y la equidad entre territorios», señaló en un acto en el Instituto Cervantes arropado por 14 de sus ministros, la plana mayor de Moncloa y representantes de más de 150 asociaciones de diversos ámbitos de la sociedad.

El objetivo es que todas las comunidades tengan más dinero y ninguna salga perjudicada. Para ello, Sánchez avanzó que se impulsará una propuesta para duplicar los recursos del Fondo de Compensación Interterritorial -la herramienta de donde llegan los recursos para compensar las desigualdades entre autonomías-. Un as en la manga con el que el Ejecutivo trata de neutralizar el descontento que el controvertido pacto ha despertado en sus propias filas a la vez que pasa la patata caliente a los líderes regiones del PP, que tendrán que elegir si se mantienen en una oposición dura o si, por el contrario, se abren a explorar una nueva fórmula que puede satisfacer sus demandas en clave financiera.

Frente al discurso de los populares, Sánchez presumió de que el Gobierno de España -si se cuenta este próximo ejercicio- habrá transferido a las comunidades autónomas un total de 935.000 millones de euros, 300.000 más -un 32% más, dijo- de lo que les inyectó el Ejecutivo de Mariano Rajoy en el mismo periodo de tiempo.

El líder socialista, que obvió al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, confrontó directamente con algunos de sus barones territoriales. No mencionó expresamente a ninguno, pero cargó especialmente contra la gestión de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, región a la que acusa de practicar 'dumping' fiscal, haciendo «regalos fiscales a sus amigos», bajando sus impuestos y recortando los servicios sociales. «Así no se defiende la igualdad entre los españoles», enfatizó.

Por el momento y antes de la convocatoria de la Conferencia de Presidentes agendada para este trimestre en Cantabria pero sin fecha cerrada, el líder socialista convocará una ronda de reuniones bilaterales con los presidentes autonómicos. «Algunos, ya avanzo, torpedearán este objetivo y volverán a reproducir ese disco rallado de que el Gobierno se rompe, cuando a quien les toca resolverlo es a ellos», lanzó, en una alusión a la ruptura de PP y Vox en las autonomías en las que gobernaban juntos hasta hace unos meses.

Por otro lado, y sin entrar en detalles, Sánchez mencionó reformas en materia fiscal que profundicen en un reparto más equitativo de los impuestos. «Queremos una sociedad con más autobuses públicos y menos Lamborghinis», deseó, «avanzando hacia una fiscalidad más progresiva, con impuestos que graven más a quienes más tienen y orienten el mercado productivo».

Sánchez buscó imprimir una sensación de optimismo centrándose en los datos económicos. Tras subrayar las cifras de creación de empleo, el crecimiento y el control de la inflación, avanzó la decisión de recuperar los trabajos para aprobar unas nuevas Cuentas públicas para 2025. Unos Presupuestos «sociales, ambiciosos», subrayó, que «consoliden y expandan» la inversión pública de los últimos años. Para ello, el martes el Consejo de Ministros aprobará de nuevo el techo de gasto, para su remisión al Parlamento. Un paso que el Ejecutivo ya dio el pasado mes de julio pero que Junts, juntos a los votos de PP y Vox, tumbó en el Congreso.

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Dos meses después, el apoyo de los postconvergentes sigue sin estar garantizado, pero Sánchez trató de trasmitir un mensaje de estabilidad. Entre otras medidas, se comprometió a fortalecer el estado del bienestar, a fomentar la continuidad del cambio de modelo productivo, mejorar el problema de la vivienda, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, la renovación del Pacto contra la Violencia de Género y la celebración de la primera cumbre bilateral entre España y Palestina tras su reconocimiento como Estado en mayo. «Hay Gobierno para largo», zanjó.