Pedro Sánchez anunció hoy un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania por valor de 1.000 millones de euros a lo largo de 2025. ... En Kiev, hasta donde viajó en el tercer aniversario de la invasión rusa para participar presencialmente en la Cumbre Internacional de apoyo al país, en la que otros líderes han intervenido por videoconferencia, el presidente del Gobierno ratificó junto a los socios europeos el compromiso de España con la causa ucraniana, de modo especial, ahora que Estados Unidos parece estar dispuesto a desentenderse de su suerte.
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Sánchez no se da por aludido, por el momento, con los avisos del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, de que, dada la situación, los países que forman parte de la alianza tendrán que elevar la inversión en defensa para situarla por encima del 3% del PIB en un plazo de tiempo no muy extenso. España, en el furgón de cola con unas cifras que no llegan ni al 1,3% del PIB, se mantiene aún en el compromiso de alcanzar el 2% en 2029. Pero hoy, el presidente quiso lanzar el mensaje de que eso no afectará a su implicación con quien está luchando una guerra en defensa dijo, de "los valores y las ideas de libertad por los que muchos europeos dieron su vida en el pasado".
El nuevo paquete de 1.000 millones de euros se inscribe, según aclararon fuentes gubernamentales, en el Acuerdo de Cooperación en Materia de Seguridad entre España y Ucrania que el jefe del Ejecutivo firmó para una década con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, el año pasado en el Palacio de La Moncloa. Habría que sumarlos, pues, tanto a los 1.000 millones ya enviados en 2024 como a la ayuda canalizada a través de la UE. Unas cantidades que nunca han contado con el respaldo de sus socios de coalición.
Sumar ya mostró su rechazo al compromiso adquirido con Zelenski el pasado año. Pero estas iniciativas no necesitan pasar por el Congreso y suelen materializarse de forma discreta en el Consejo de Ministros mediante la aprobación de créditos extraordinarios al margen de los Presupuestos. El presidente del Gobierno, que hace bandera de la batalla contra la "ola reaccionaria" que recorre el mundo, tiene claro que, en este asunto, no cederá a las presiones de sus aliados políticos.
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En su intervención ante el plenario de la cumbre de Kiev, Sánchez se sumó al discurso de la UE de que los ucranianos no pueden quedar al margen de las negociaciones para la paz, como pretende el presidente Donald Trump -al que evitó mencionar de manera expresa- y, pese a asegurar que España da la bienvenida a todos los esfuerzos dirigidos a poner fin a la guerra, insistió en que la paz debe alcanzarse mediante un acuerdo «justo, sostenible y global» y refrendado por el propio país invadido. «Solo Ucrania puede decidir sobre su futuro», dijo. Y añadió: «Nada sobre Ucrania sin Ucrania, y nada sobre la seguridad europea sin Europa».
El Gobierno asume que "no es realista", en palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que Ucrania entre en la OTAN en el corto o medio plazo, como pretende Zelenski. Pero la presencia de los dirigentes europeos en Kiev -con la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, el presidente del Consejo, António Costa, y el colegio de comisarios casi al completo a la cabeza- pretendía ser en cambio un gesto alentador respecto a su incorporación en el club comunitario. Un gesto en el que Sánchez hizo especial hincapié. "Pase lo que pase en los próximos meses, la adhesión de Ucrania a la Unión Europea es la victoria más importante para el pueblo ucraniano", dijo.
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