La cuenta atrás para que Junts decida si explicita en el Congreso que Pedro Sánchez ha perdido la mayoría que le elevó a la presidencia ... del Gobierno en noviembre de 2023 ha quedado repentinamente en suspenso. El mediador internacional encargado de supervisar el cumplimiento de los acuerdos adquiridos por el PSOE con la formación de Carles Puigdemont, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo, ha pedido a los posconvergentes que retiren la proposición no de ley en la que instan al jefe del Ejecutivo a plantear una cuestión de confianza a la Cámara y cuyo debate está previsto este mismo martes. Ante el llamamiento, el partido independentista sopesa ahora qué hacer.
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El secretario general de Junts, Jordi Turull, se dirigió ayer mismo por escrito a los suyos para hacerles partícipes de la petición y comunicarles que hoy, a las 10 de la mañana, la ejecutiva formada por alrededor de 40 personas tomará una decisión al respecto. «Hasta entonces, os pido que evitéis un pronunciamiento individual a través de redes y medios», reclamó. Las palabras elegidas evidencian que la formación quiere escenificar que no está ante un momento cualquiera. «El tema es bastante trascendente y merece -subrayó Turull- que hagamos un debate riguroso». En torno a las 13:00 horas se espera su comparecencia en rueda de prensa.
Puigdemont planteó por primera vez su intención de instar a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza el pasado 9 de diciembre, como un modo de meter presión al Gobierno y forzar el cumplimiento de varios acuerdos pendientes, entre ellos, la delegación «integral» de las competencias sobre inmigración a Cataluña -encallada desde hace más de un mes en las discrepancias sobre quién asume el control de las fronteras y expide las tarjetas de identidad de los extranjeros- o la oficialidad del catalán en la UE, que el pasado jueves el presidente catalán, Salvador Illa, aprovechó para reclamar al presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Galindo señala que, efectivamente, como denuncia Junts hay «algunos puntos» del acuerdo de investidura que no se han «materializado.» Pero lo que da a entender es que, si las conversaciones no se interrumpen tras doce encuentros en Suiza -el último, el pasado viernes, con la participación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero- en poco tiempo, podrían producirse avances significativos. En un comunicado firmado este sábado en Cartagena de Indias (Colombia), y escrito tanto en español como en catalán, el diplomático apela al «escenario que se abre en las próximas semanas en relación con los temas más sensibles que se han estado trabajando hasta la fecha».
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«Una ruptura del espacio – añade en referencia al triunfo de la pnl de Junts–significaría un retroceso difícil de superar que frenaría estos avances, que mi función de verificador me impide de revelar pero no de conocer (sic)». Turull, sin ser tampoco explícito acerca de los asuntos concretos sobre la mesa, también tradujo el mensaje a sus correligionarios como una petición para «dar tiempo a materializar temas muy avanzados».
Tras intentar evitar su tramitación en la Mesa del Congreso, el Gobierno accedió el pasado 28 de enero a debatir a iniciativa de la cuestión de confianza a cambio del apoyo de Junts a las medidas sociales del real decreto ley ómnibus (revalorización de las pensiones incluidas) que previamente había tumbado. Pero llevaba días tratando de rebajar en público la trascendencia de que el texto saliera adelante. El viernes, el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, insistió en que como todas las proposiciones no de ley, esta tampoco tenía carácter vinculante y, por lo tanto, ni siquiera en caso de prosperar obligaría al jefe del Ejecutivo a testar ya formalmente si mantiene el apoyo de la Cámara o debe convocar elecciones.
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Desde Moncloa, también venían asegurando que se tomaban la idea de que la iniciativa saliera adelante con «deportividad». Pero de forma discreta, los socialistas nunca han dejado de intentar que los independentistas dieran marcha atrás. Porque una cosa es la falta de trascendencia jurídica y otra la política. Y Puigdemont siempre planteó su propuesta como una suerte de hito fronterizo para la legislatura, sabedor de que sin su apoyo, el Gobierno tendrá que decir adiós no solo a unos Presupuestos que aún no se ha atrevido a presentar pero a los que asegura no renunciar, sino a cualquier acción legislativa.
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