El Congreso estrena sus nuevos duelos al sol

Tellado, precedido de su fama de duro y ferrolano como Díaz, fue al choque directo con la vicepresidenta y titular de Trabajo pasando de responsabilizarla de ser «la ministra de los récords» –aludiendo al «maquillaje» que, a su juicio, presentan las cifras del paro– a exigirle explicaciones sobre la ruptura con Podemos. «El grupo antes llamado Sumar y ahora Restar», ironizó, «es una gran estafa electoral» por romper en tiempo «récord» la coalición.

Díaz recogió el guante y le replicó que si está en ese puesto es por practicar «la bronca, el insulto y el ruido» aunque ella tuvo que remontarse a los tiempos de «estabilidad» del Ejecutivo de Rajoy cuando «recortaban la sanidad y la educación pública» mientras «repartían sobres de dinero negro en las sedes del PP» para contrastar con la solidez que promete su Gobierno.

Y haciendo uso de su archiconocido «le voy a dar unos datos» respondió con una batería de cifras. «Sí, mi gobierno seguirá dando estabilidad y seguridad a las familias pese a ustedes, que seguirán en la oposición», zanjó Díaz.

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Más voltaje ofreció el duelo entre Álvarez de Toledo –que se reestrenaba en el cargo tras ser relegada en 2020 por el perfil moderado de Gamarra–y Bolaños. La portavoz popular, conocida por su ironía, preguntó al ministro: «De sus muchas virtudes, la coherencia, la falta de cinismo o el amor a la verdad, ninguna como el respeto a la palabra y, sobre todo, a la palabra convivencia. Es la aguja que cose su ley de amnistía. ¿Qué entiende por convivencia?». Aunque terminó recriminando que Sánchez se ha convertido en presidente gracias a «una transacción corrupta».

Álvarez de Toledo denunció que «la amnistía condena a todos los constitucionalistas» y «legitima el ataque a la convivencia del que fueron víctimas». Es la «demolición del Estado de Derecho», advirtió. «Pierdan toda esperanza. No serán ustedes más que un humillado paréntesis en la Historia de España», recalcó.

Lejos de inmutarse, Bolaños aseguró que no utilizaría su tono «faltón» y «altivo»para felicitarle por regresar a la primera línea del nuevo PP, «donde ser ultra es un mérito para tener puestos de responsabilidad». El ministro aludió a su viaje a Argentina para asistir a la toma se posesión de Javier Milei, subrayando que allí se dio cita con «su familia ultra», el primer ministro húngaro Viktor Orban, el expresidente brasileño Jair bolsonaro y el propio Santiago Abascal.

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En esta línea, aseguró que el problema que tiene España hoy no es la futura ley de amnistía, sino que el partido de Feijóo ha comprado el «discurso ultraderechista de Vox». Y preguntó al PP de «quiénes se siente más cerca», si «de los energúmenos violentos que cantan el Cara al Sol en Ferraz» o del PSOE.