![España ve reavivarse la tensión con Israel al oponerse a la expatriación de los gazatíes](https://s2.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2025/02/16/sanchez-netanyahu-israel-kJqB-U230797077324pGC-1200x840@RC.jpg)
![España ve reavivarse la tensión con Israel al oponerse a la expatriación de los gazatíes](https://s2.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2025/02/16/sanchez-netanyahu-israel-kJqB-U230797077324pGC-1200x840@RC.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y su plan para «tomar el control» de la Franja de Gaza, expulsando de allí a los palestinos, ha envalentonado a Israel en su pulso con las naciones europeas que, en mayo de ... 2024, reconocieron a Palestina como Estado. Entre ellas España. El jueves, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ordenó a su Ejército preparar la «salida voluntaria» de los habitantes de la zona y afirmó que «países como España, Irlanda, Noruega y otros que han lanzado acusaciones falsas y calumnias sangrientas contra Israel por sus acciones en Gaza, tienen la obligación legal de permitir la entrada a su territorio a cualquier residente de Gaza». «Si se niegan, su hipocresía quedará al descubierto», zanjó.
Esta declaración reavivó la crisis diplomática que Madrid y Tel Aviv mantienen, con mayor o menor virulencia, desde el inicio de la operación militar israelí en la Franja de Gaza, en respuesta a los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre de 2023. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, rechazó «tajantemente» las palabras de Katz, que para la diplomacia española suponen «un debate que está cerrado». «La tierra de los palestinos gazatíes es Gaza», zanjó durante una entrevista en RNE.
El ministro sí quiso dejar claro que el problema no es el asilo, ya que «puntualmente» España ha acogido a «palestinos que lo necesitan». Dicho esto, recaló que «España toma sus decisiones soberanamente y autónomamente» y por tanto «ningún tercero le tiene que decir lo que hacer». «Nosotros tenemos una política exterior coherente que dice lo mismo en Ucrania y en Palestina por los mismos principios y los mismos motivos y que defiende el Derecho Internacional», insistió Albares.
Sin embargo, el conflicto diplomático entre España e Israel no ha desescalado desde que el Consejo de Ministros reconociera al Estado palestino el pasado 28 de mayo, una declaración que desde Tel Aviv se consideró como un «reconocimiento del terror», al tiempo que el Gobierno de Benjamín Netanyahu anunciaba «graves consecuencias».
En esa línea, Israel mantiene su embajada en Madrid vacante desde la llamada a consultas de Rodica Radian-Gordon en enero del año pasado. Una represalia, entonces, a modo de protesta por una «serie de declaraciones problemáticas» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que este cuestionó, en una entrevista en RTVE; que Israel estuviera respetando el Derecho Internacional Humanitario en su invasión de Gaza.
Radian-Gordon se jubiló poco después y ya no volvió a ejercer de embajadora. El Ministerio de Exteriores Israelí nombró al diplomático Zvi Vapni, que había sido asesor del Gobierno de su país y dirigido otras legaciones como la de Eslovaquia o Filipinas, como encargado de ocupar la plaza en Madrid. De hecho, el Gobierno español le concedió el plácet, pero Vapni nunca se incorporó al puesto.
Israel, pese a estas tiranteces, no ha cerrado su Embajada de España, como sí hizo con la que mantenía en Irlanda. El nuevo ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar –que sustituyó en el cargo a Katz el pasado noviembre–, calificó las acciones de Irlanda como «antisemitas» y afirmó que el país ha «cruzado todas las líneas rojas». Acusaciones similares a las realizadas por la propia oficina de Netanyahu en los primeros compases de la operación militar israelí en Gaza, cuando aún formaban parte del Gobierno de Pedro Sánchez las ministras de Podemos Ione Belarra e Irene Montero –aún no había sido investido por el Congreso–.
Entonces, y tras las protestas airadas y acusaciones de «genocidio» por parte de las dirigentes moradas,Tel Aviv acusó a «miembros del Gobierno español» de «estar alineados con Hamás» y con «un terrorismo tipo ISIS», en lo que fue uno de los momentos más tensos de la crisis diplomática. Albares salió al paso y defendió a sus compañeras en el Consejo de Ministros pese a que no compartía el duro lenguaje de Podemos frente a Israel.
España mantiene su apuesta por la llamada solución de los dos Estados mientras se compromete a ayudar a la reconstrucción de Gaza, que según la postura oficial de Exteriores debe formar parte de un futuro Estado palestino de facto con capital en Jerusalén Este y conectada de forma terrestre con Cisjordania.
La escalada de las tensiones con Israel no es el único asunto que ha causado zozobra esta semana en la madrileña plaza del Marqués de Salamanca, donde el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene su sede más moderna. Los recientes relevos en las embajadas de Croacia, Bélgica o Corea del Sur por parte del ministro José Manuel Albares han sido contestados por los propios embajadores afectados y miembros de la carrera diplomática que le reprochan falta de objetividad y transparencia.
El jefe de la diplomacia española insiste en que detrás de estos movimientos «no hay ningún capricho», que se rigen «por los procedimientos habituales». «El Consejo de Ministros elige en cada momento a la persona adecuada para un lugar y contexto determinado», insistió.
Sin embargo, el embajador de España en Bélgica, Alberto Antón, cargó el miércoles en una carta contra el ministro por lo que califica de «maniobra torpe, ridícula y mezquina» al cesarle al frente de la legación. También lamenta el «daño» que se ha causado a su reputación por el hecho de que se haya dado a entender que este movimiento se debe a que se durmió durante la intervención del jefe de la diplomacia española en la Conferencia de Embajadores que se celebró en Madrid a principios de enero.
Antón cree que «el asunto afecta a un triángulo de Embajadas» del que ha resultado «perjudicado» ya que, argumenta, su sucesor en Bruselas, el ahora embajador en Luxemburgo, José María Rodríguez Coso, será sucedido por la actual embajadora en Lituania, Nieves Blanco, mujer del embajador ante la UE, Marcos Alonso, compañero de promoción y próximo a Albares.
El cese del embajador en Corea del Sur, Guillermo Kirkpatrick, por otra parte, se produjo tras el encuentro de este con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que causó sorpresa en Exteriores.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.