Autocaravanas, caravanas y cámpers: la mejor alternativa para un viaje de verano

A la hora de viajar en una autocaravana o cámper, si no sobrepasan las 3,5 toneladas de masa máxima autorizada (MMA) podrán conducirse con el permiso B, es decir, como el que utilizamos para cualquier coche utilitario. Los pasajeros pueden ir tanto en la cabina como en el habitáculo, siempre haciendo uso del cinturón de seguridad o de un sistema de retención homologado en el caso de los niños. La dificultad a la hora de circular es su gran tamaño. Por lo tanto, a la hora de maniobrar o aparcar, habrá que tener en cuenta sus medidas; y prestar mucha atención a las señales que indiquen un límite de altura (las de gálibo) o de anchura.

En el caso concreto de las caravanas con remolques ligeros (de menos de 750 kg de MMA), no requerirán seguro o matrícula independiente, pero sí el vehículo tractor que las arrastre. Los pasajeros tienen prohibido viajar en el interior de la caravana, por lo que deben ir en el vehículo tractor. Y mucho cuidado en la conducción porque su largo será incluso mucho mayor en este tipo de vehículo. Por ejemplo, al adelantar es necesaria una mayor distancia, una maniobra marcha atrás no funciona igual que en un vehículo convencional -es recomendable practicar-, y el viento puede ser un gran enemigo, sobre todo cuando soplen ráfagas laterales.

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Las playas, la arena y el agua del mar es sinónimo de vacaciones para muchos. Pero en destinos costeros hay que tener cuidado con el salitre, por ejemplo, un componente corrosivo para algunas partes del coche. Un lavado diario de la carrocería del vehículo ayuda a evitar que el salitre se asiente. Respecto al interior, sobre todo tras venir de la playa, es importante evitar sentarse con ropa mojada del agua del mar en las tapicerías, ya que el salitre puede dañarlo. Y también cuidado con la arena, que puede provocar arañazos.

Pero para aquellos que prefieren alejarse del calor y las zonas costeras más masificadas, el turismo de montaña, entre el bosque y la naturaleza, es otra de las opciones mejor valoradas para disfrutar de unas vacaciones tanto en autocaravana, caravana y camper. Ante esta opción, es importante prestar especial atención a los neumáticos, ya que son elementos fundamentales para la seguridad en zonas montañosas. La tracción es esencial en carreteras empinadas y resbaladizas, sobre todo en zonas de montaña cuando incluso no hay asfalto sobre el que circular y se tienen que atravesar caminos de tierra. Además, será esencial respetar la flora y fauna local, como no dejar residuos.

La DGT es concisa: «Una autocaravana está estacionada cuando esté aparcada, en un lugar permitido, sin sobrepasar las marcas viales de delimitación de la zona de estacionamiento, ni la limitación temporal del mismo, si la hubiese». Así que, mientras esto se cumpla y los pasajeros estén en el interior del vehículo, la pernocta está permitida. Eso sí, no se pueden pasar más de 2 noches en el mismo sitio. Otro caso sería que se despliegan elementos que desborden el perímetro del vehículo -toldo, mesa, cocina, niveladores...-, que se denominaría acampar; y esto solo está permitido en zonas habilitadas para ello (campings o parkings, según normativa de cada comunidad autónoma).

Llegado este punto, resaltar que en España actualmente solo hay 1.200 áreas para autocaravanas, y, según Aseicar (Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning), harían falta otras 2.000 áreas para evitar concentraciones espontaneas en puntos concurridos.

Hay modelos para casi todos los gustos y bolsillos. Los precios para los de nueva fabricación parten de 50.000 euros y pueden superar los 300.000 en las más lujosas. Por eso, la mejor opción es hacerse con una unidad de kilómetros 0 o segunda mano. En este sentido, los expertos recomiendan huir de las gangas («suelen esconder sorpresas desagradables», advierten desde Aseicar), comprobar el historial del vehículo y revisar que el cuentakilómetros no haya sido modificado. Si se compra en el extranjero -algo que puede implicar problemas con la garantía-, debe cumplir la homologación española y estar al día con sus obligaciones tributarias.

Hay 3 tipos de autocaravanas. La capuchina es la más conocida. Con un máximo de 7 plazas, dispone de un gran espacio, sobre todo encima de la cabina con una cama doble. La integral se diferencia de la capuchina por «eliminar» el espacio encima del conductor. Y la llamada perfilada es algo similar a las anteriores, con menos altura, pero con mayor versatilidad: hasta 5 plazas y múltiples combinaciones.

En el caso de las caravanas, las hay mini, que se utilizan prácticamente solo para dormir -en algunos casos incluyen cocina-. La convencional es una vivienda en su interior, incluso con salón. También están las plegables, conocidas como «pop-up», cuyo diseño permite que se pliegue hacia abajo una vez que se llega al destino, facilitando su transporte y almacenamiento.

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Por último, en el ámbito de las cámpers existen las mini campers, furgonetas pequeñas preparadas solo para dormir, a veces con algún módulo que permite cocinar, por ejemplo. Las de tamaño medio tienen techo elevable, una pequeña cocina e incluso ducha exterior. Y las de gran volumen, con una longitud mínima de 5,4 metros (L2), pudiendo llegar a 6,5 metros (L4), que ofrecen el mismo equipamiento que una autocaravana: dormitorio, cocina y baño completo.