Macron levanta el estado de emergencia en Nueva Caledonia para facilitar el diálogo

Macron tomó esta decisión tres días después de un viaje relámpago a este archipiélago para tratar de encontrar una salida a la crisis. Tras permanecer 17 horas en Numea, el presidente no logró que la calma y el orden regresaran al archipiélago. Aunque el estado de emergencia se levante, se mantienen otras medidas de seguridad: el toque de queda en vigor de 18h a 6h en todo el territorio caledoniano y la prohibición de llevar y transportar armas, de reunirse y de vender alcohol, anunció el Alto Comisionado de la República de Nueva Caledonia en un comunicado.

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El estado de emergencia, en vigor en Nueva Caledonia desde el 15 de mayo, puede ser declarado en caso de peligro inminente resultado de violaciones graves al orden público. Permite decretar arrestos domiciliarios, cerrar lugares públicos o realizar requisiciones o registros administrativos, según la legislación francesa.

Macron ha decidido levantar el estado de emergencia casi dos semanas después de su entrada en vigor para facilitar las reuniones de los diferentes grupos independentistas y los desplazamientos de los representantes públicos que puedan llamar al levantamiento de los puntos de bloqueos.

El jefe de Estado condenó los bloqueos de carreteras y los saqueos y subrayó que «estas violencias no pueden pretender inscribirse en una acción política legítima». El presidente recordó que el fin de los bloqueos es «condición necesaria para la apertura de negociaciones concretas y serias».

Macron se mostró confiando en la capacidad de los representantes electos caledonianos en «restablecer el diálogo» y apeló una vez más a la desescalada. «Cuanto más dejemos que aumente la violencia, más habrá, cada día, de cada lado, nuevas buenas razones de continuar a ser más violentos», advirtió Macron.

El presidente anunció el envío de 450 gendarmes más a Nueva Caledonia. Francia había movilizado hasta ahora a 3.000 policías y gendarmes para tratar de restablecer el orden. Desde que comenzaron los disturbios, 122 policías y gendarmes han resultado heridos y 450 personas han sido detenidas, según datos oficiales.

Las últimas horas han estado marcadas por «una vuelta progresiva a la normalidad», según el Alto Comisionado de la República de Nueva Caledonia, aunque el orden no ha sido todavía completamente restablecido en todo el archipiélago. El aeropuerto internacional de Numea-La Tontouta seguirá cerrado para vuelos comerciales hasta por lo menos el domingo 2 de junio.

Nueva Caledonia ha sido teatro desde el 13 de mayo de disturbios, incendios, saqueos, cortes de carretera y tiroteos, en los que han muerto siete personas, dos de ellas gendarmes. Macron ha enviado mediadores a Numea para ayudar a los representantes electos llegar a un acuerdo global.

Los disturbios comenzaron coincidiendo con el debate en la Asamblea Nacional francesa de una reforma constitucional para ampliar el censo electoral para las elecciones provinciales e incluir a los nativos y a los residentes que llevan más de diez años viviendo en Nueva Caledonia. Los independentistas canacos exigen la retirada de la polémica reforma electoral. Ven en esta reforma constitucional una estratagema del gobierno francés para «reducir aún más» la voz del pueblo canaco nativo y evitar así que Kanaky – como llaman los independentistas a Nueva Caledonia- se independice algún día de Francia.

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El censo está «congelado» para las elecciones provinciales de Nueva Caledonia desde el acuerdo de Numea de 1998 y está limitado a las personas con derecho a voto en ese momento y sus descendientes. Esto impide, según gobierno francés, votar a casi uno de cada cinco electores inscritos en el censo para las elecciones generales, lo que el Ejecutivo considera injusto y poco democrático. Macron se ha comprometido a congelar por ahora la promulgación de la polémica reforma electoral para permitir que los líderes independentistas y profranceses lleguen a un acuerdo global que satisfaga a ambas partes.