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Efe / Río de Janeiro
Miércoles, 6 de marzo 2019, 20:50
El mandatario puso en su punto de mira a la fiesta fetiche de sus compatriotas, el carnaval, con la publicación en su cuenta en Twitter de un vídeo obsceno en el que, en medio de un bloco, un hombre simula masturbarse en el ano y a continuación se deja orinar en la cabeza por otra persona.
Con la publicación del presidente brasileño criticando el carnaval, la polémica ha surgido al instante ya que estos festejos son venerados por la mayoría de los brasileños como si de una religión se tratase. Y la respuesta no tardó en producirse en los blocos que desfilaron este miércoles pese a que el carnaval oficialmente llegó a su fin el martes.
"Lo considero absurdo porque él está dando un giro al carnaval como hace con todos los asuntos políticos. Toma una pequeña imagen e intenta extrapolar eso como si fuera una generalización de lo que sucede en carnaval", explicó a Efe Tainara Ravelo, una de las asistentes al bloco Mulheres Rodadas (mujeres con recorrido), el primer bloco feminista de Río de Janeiro y que desfiló este Miércoles de Ceniza.
"Creo que forma parte del carnaval esa libertad sexual, es la opción que las personas tienen de mostrarse como son y no considero que eso sea un error", añadió.
Para los brasileños, Carnaval es "amor y libertad", parte de la esencia del país, una fiesta para disfrutar entre iguales, donde se acoge a todo el mundo, a un público de todas las edades.
Rosana Lobo es otra de las brasileñas que disfruta de estas fiestas, junto a su hija pequeña, a quien le enseñó la celebración desde la cuna; por eso no apoya la postura de crítica de Bolsonaro.
"Creo que el gobierno está equivocado, no quiere acercarse al Brasil real, quiere crear un país con personas que sienten miedo de vivir, miedo de estar en las calles, de expresar sus sentimientos", declaró a Efe.
Lobo, acompañada por la pequeña Alice Lobo Silva, agregó que el carnaval es una fiesta para toda la familia y que su hija aprendió a disfrutarlo casi desde la cuna.
Más radical, la joven Juliana Leite se refirió al presidente como "una mierda", al ser interrogada sobre la polémica generada por las críticas del jefe de Estado al carnaval y al supuesto libertinaje en las fiestas.
Las imágenes fuertes del video compartido por Bolsonaro, interpretadas como una crítica a la fiesta preferida de los brasileños, fueron criticadas por muchos internautas.
El presidente se ha declarado ferviente defensor de la familia tradicional de Brasil y está muy vinculado a las iglesias evangélicas. De hecho, escogió a Damares Alves, una pastora de esta ortodoxa corriente cristiana, como ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos.
Durante el Carnaval, Bolsonaro fue criticado en diversas comparsas callejeras y en los desfiles del sambódromo.
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