Scholz confía en ser reelegido canciller pese a los sondeos adversos

Pero «sé cómo funciona una campaña electoral y muchos se van a ver sorprendidos» por los resultados, afirmó el jefe del Gobierno federal en la llamada Conferencia del Triunfo Electoral en la Willy Brandt Haus, sede central del SPD ante 500 candidatos de su partido para distintos distritos. Scholz dedicó una buena parte de su intervención a repartir estopa entre sus rivales, empezando por su exministro de Finanzas y líder del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner, a quien considera culpable de la ruptura de la coalición tripartita el pasado 6 de noviembre.

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«Poner al señor Lindner de patitas en la calle» fue la decisión correcta, dijo al recordar la expulsión entonces de su gabinete de los cuatro ministros liberales. Pero también criticó a Los Verdes, el único socio que permanece en su coalición de gobierno, al afirmar que «la protección del clima no funciona con la palanca verde de forzar puertas, sino solo cuando se convence a la gente». Más duro aún fue con los conservadores y su aspirante a derrocarle, el presidente de la CDU, Friedrich Merz, al asegurar que carecen de planes para afrontar los grandes retos del país como la transformación energética o la lucha contra la falta de mano de obra especializada.

«No tienen nada», afirmó tajantemente Scholz, que puso en duda la competencia de Merz en materia económica con sus propuestas de retirar los aerogeneradores eléctricos y apostar por el retorno de la energía nuclear, de la que Alemania carece tras el cierre en los últimos años de todas sus centrales atómicas. El canciller federal subrayó como objetivos de su política si sale reelegido garantizar los puestos de trabajo, elevar a 15 euros la hora el sueldo mínimo y realizar más inversiones en infraestructuras para relanzar la economía nacional. Scholz propuso una cooperación más estrecha entre las empresas y el estado y la creación de un 'Fondo para Alemania' dotado de 100.000 millones de euros.

«Quien vote en febrero al SPD puede estar seguro de que sacaremos el país adelante», declaró Scholz, que criticó también a Merz por seguir una línea política arriesgada en el conflicto de Ucrania con su empeño en suministrar al país invadido los poderosos misiles alemanes Taurus que él mismo se niega a entregar hasta ahora ante una posible reacción del Kremlin que implique al país germano directamente en la guerra. «Solo puedo llamar a la precaución, ya que con la seguridad de Alemania no se debe jugar a la ruleta rusa», advirtió el dirigente socialdemócrata. Hay que ser «firme y sensato» en cuestiones de guerra y paz, dijo el jefe del Ejecutivo, quien dijo estar a favor de unas auténticas negociaciones de paz, pero consultando siempre a Kiev.

Scholz criticó igualmente al candidato conservador a la Cancillería Federal por su intención de revocar la ley probada bajo su mandato para facilitar la concesión de la ciudadanía alemana a ciudadanos extranjeros. Quien vive y trabaja permanentemente en Alemania, está bien integrado y domina el idioma debe pertenecer a Alemania, señaló Scholz al defender la ley que reduce de 8 a 5 años los años de residencia en este país para obtener el pasaporte germano. El jefe del Gobierno de Berlín profetizó además que los conservadores convertirán la migración y los refugiados en tema de la campaña, aunque con el gabinete saliente se ha reducido la cifra de peticionarios de asilo.

Dirigiéndose además a las bases, donde ha habido una resistencia masiva a una candidatura de Scholz para la reelección, hizo un llamamiento a la unidad. «Concentrémonos en nuestra fuerza: menos gruñir y más trabajar», destacó el dirigente socialdemócrata que se mostró convencido de que «si luchamos hombro con hombro» acabará ganando de nuevo el SPD. Poco antes, el presidente del partido, Lars Klingbeil, advirtió a sus correligionarios ante una campaña electoral difícil y complicada. Pero se mostró optimista al asegurar que «la socialdemocracia está unida y, sobre todo, altamente motivada». Faltan 85 días que «serán una dura cabalgada», destacó Klingbeil, que subrayó seguidamente que «si hay algo que el SPD sabe, eso es luchar».

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A la vista de los sondes electorales que sitúan al SPD entre un 14% y un 16% de votos, frente al 33% de los conservadores, las posibilidades de que Scholz consiga ser reelegido parecen remotas. Prácticamente la mitad de los 207 diputados actuales de la formación gobernante tiemblan por sus escaños. También en la comparativa entre los diferentes líderes políticos sale Scholz mal parado. Un sondeo del instituto demoscópico Forsa revela que si el canciller federal pudiese ser elegido directamente, un 30% votaría por Merz, un 22% por el titular de Economía y cabeza de lista de los verdes, Robert Habeck, y tan solo un 13% por Scholz.